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'Civilizar' Guatemala

El 15 de octubre, 11 antiguos refugiados indígenas murieron tiroteados por una patrulla militar en Xamán, una finca al norte del país, cercana a la frontera con México. "Xamán fue un campanazo que nos recordó que no habíamos avanzado tanto como pensábamos" comenta el ministro de Defensa de Guatemala, Marco Antonio González Taracena.Unos 45.000 indígenas del centro y norte del país cruzaron a México a principios de los años ochenta huyendo de la represión desencadenada por la lucha contra la guerrilla de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Unos 13.000 han retornado en los dos últimos años. Ahora las áreas de asentamiento son de nuevo campo de batalla.

Según el Gobierno, las Comisiones Permanentes de Refugiados, usan a los retornados para liberar territorio para la guerrilla, puesto que el Ejército no puede entrar en estas comunidades. "Ellos pueden escoger la zona de asentamiento libremente, pero curiosamente todos van a áreas de conflicto, cerca de bases militares, para forzar su desplazamiento" comenta Héctor Rosada, jefe del equipo negociador del Gobierno. "Hay una lucha política de vergüenza" confirma un cooperante español con larga experiencia en la zona. "Están retornando a zonas de matanzas, en condiciones de supervivencia, sin proyectos productivos".

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El guardián en la sombra

La firma de la paz, según coinciden en señalar los expertos, será la única vía para apagar un foco permanente de fricción y para empezar a civilizar un país de 10 millones de habitantes, de los que 700.000 están militarizados, entre miembros del Ejército (45.000), comisionados y Patrullas de Autodefensa Civil (grupos de campesinos armados por el Ejército en la lucha contrainsurgente).

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