Miradas de un trotamundos
Su trabajo con las estrellas del cine es el campo más conocido de Abbe, aunque tan sólo duró de 1920 a 1922. La primera que retrató fue Marguerite Clarke, la mejor pagada de la época y cuya fama rivalizaba con Mary Pickford y Charlie Chaplin. A Marion Crawford, Rodolfo Valentino, Gloria Swanson, Mae West y Fred Astaire los eternizó con su peculiar estilo. Sin embargo, la relación más duradera fue con Lillian Gish, una de las más grandes actrices del mudó; sus mejores retratos son de la película Lirios rotos, de Griffith. Su trabajo más conocido también es mostrado en la exposición: Douglas Fairbanks en Robin Hood, de Allan Dwan. Su última colaboración en Hollywood fue en 1922 con Mary Pickford.Cansado de glamour se marchó a Italia y de allí a París donde su objetivo captó estrellas de la revista musical como Maurice Chevalier e Ida Rubinstein. En 1928 estuvo en México y más tarde en Rusia, donde logró célebres retratos de Eisenstein y Stanislavsky. Su último viaje a Hollywood fue en 1929, con motivo de la introducción del sonido en el cine. Volvió a Rusia, trabajó en la Alemania nazi en 1932 y, antes de volver a EE UU, se sumergió con su cámara en la guerra civil española.