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Las luces de muchas ambulancias serán 'ilegales' a partir del lunes

Antonio Jiménez Barca

, La mayor parte de las empresas de ambulancias aún no han adaptado las luces de sus vehículos a la nueva reglamentación municipal sobre sirenas, que entra en vigor el lunes. El Ayuntamiento retrasó cinco meses el implantamiento de la normativa a iniciativa de los propios empresarios, que pidieron más tiempo. Los afectados sostienen que las luces indicadas en la legislación contravienen el Código de Circulación.

La ordenanza municipal es clara: las ambulancias que recorran las calles de Madrid a partir de 1996 deberán llevar, además de la típica luz ámbar, símbolo de la urgencia del desplazamiento, otros dos pilotos luminosos que indiquen si el coche va en busca de un herido -color azul- o si el herido va dentro y se traslada a un hospital -color rojo- El texto, que regula además la potencia sonora de las sirenas en vehículos, y las alarmas en establecimientos, quedó aprobado en abril para ponerse en práctica en agosto. Sin embargo, se aplazó porque los empresarios pidieron tiempo para modificar sus vehículos.Han pasado cinco meses. El Ayuntamiento piensa, aplicar la normativa a partir del 1 de enero. Sin embargo, a las ambulancias les ha vuelto a pillar el toro legal. Sólo una de las nueve empresas consultadas por este periódico -en la ciudad hay 20-, el 061 del Insalud, tiene sus vehículos preparados. Los demás aseguraron, también, que no conocen a nadie que tenga los pilotos requeridos.

Más de un representante arguyó que lo ilegal es, precisamente, poner estas luces especiales: "El Código de la Circulación dice que está prohibido colocar más luces que las ámbar. Si voy por la carretera con esas luces, la policía me multará", sostiene un empleado de la empresa Gegúndez. Lo de las multas preocupa a los conductores: "Yo no las he puesto; el Ayuntamiento no nos ha dicho nada: ya nos enteraremos cuando nos multen", decía un representante de ambulancias Europa.

La cuantía de la multa puede llegar a 25.000 pesetas. Ni siquiera el Samur, dependiente del Ayuntamiento, tendrá los pilotos en orden. "Pero en cuanto pase un mes los pondremos bien; es que ahora no tenemos tiempo de colocarlos todos. Estamos en ello", aseguró un portavoz del Samur.

El objeto de los dos colores, según un conductor de las ambulancias del 061, "es indicar distintos grados de emergencia".

Alarmas y decibelios

, La nueva normativa municipal regula, además de las luces de las ambulancias, la duración y la potencia del ulular de sus sirenas. Sólo podrán utilizar el ruido en caso. de emergencia y sin sobrepasar los 95 decibelios de potencia a no ser que se circule a más de 80 kilómetros por hora. En este caso, el ruido puede llegar a los 105 decibelios. Los sonidos por encima de 90 decibelios producen dolor al oído humano. Ciento cinco decibelios es el ruido que produce el taladro mecánico de un obrero.

En cuanto a las alarmas colocadas en los locales comerciales y bancos, los decibelios se limitan a 85. Además, a partir del lunes, ninguna podrá sonar más de cinco minutos. Pasados éstos, deberá enmudecer y limitarse a emitir destellos luminosos. Además, durante esos cinco minutos deberá sonar con intervalos: cada 60 segundos, el aparato tendrá, según la nueva normativa, que callar por lo menos durante 30.

¿Están las nuevas alarmas preparadas para estas modificaciones? Según Higinio Sánchez, fabricante de este tipo de productos, sí. "Desde hace ya tiempo, las alarmas tienen un regulador de potencia y se puede hacer variar su frecuencia", sostiene el fabricante.

Ahora bien, si un comerciante quiere que su alarma grite más que ninguna, también lo puede hacer. "Basta con poner el regulador a su gusto", añade Sánchez. "Nosotros no entramos en eso. Es responsabilidad del que instala la alarma. Allá él, y si le ponen la multa, que la pague

"Estamos en perfecto contacto con la patrulla ecológica para la aplicación de la nueva ordenanza", dice Plácido Perera, jefe municipal de Niveles Sonoros del Ayuntamiento.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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