El Invierno es el mayor enemigo para la fueza de paz en Bosnia
El puente de pontones sobre las enardecidas y desbordadas aguas del río Saya, que traza parte de la frontera norte de Bosnia con Croacia, se ha convertido en un desafilo para el despliegue de las tropas estadounidenses. No en vano se trata, como se han apresurado a proclamar con su punto de épica los portavoces militares, del mayor puente de pontones tendido por los ingenieros militares estadounidenses desde el que salvó el Rin durante la II Guerra Mundial en la campaña final contra Hitler.El general William Nash, jefe del contingente de 20.000 soldados estadounidenses, el mayor de la fuerza de paz de Ifor (el contingente de 60.000 hombres movilizado por la Alianza Atlántica), viajó ayer desde su base en Tuzla para animar los trabajos. "El puente estará listo mañana", aseguró Nash con determinación, confiando en que hoy, sábado, puedan cruzar el río los efectivos de la Primera División Acorazada estadounidense.
Al término de la primera semana desde que la OTAN comenzó sus operaciones sobre el terreno ha sido el temible invierno bosnio, y no los combatientes, agotados tras 43 meses de guerra devastadora, el que más obstáculos ha puesto a la operación para garantizar que los acuerdos trabajosamente labrados en la base norteamericana de Dayton empiecen a cobrar vida. Grandes nevadas, chubascos intensos, vendavales, ríos como el Sava y el Neretva crecidos y en algunos tramos fuera de sus cauces han hecho más dificil la operación de despliegue.
Luna de miel
Hasta el momento, 25.000 miembros de la Ifor se encuentran ya patrullando sobre el terreno, los aeropuertos de Sarajevo, Tuzla y Mostar están plenamente operativos, y hasta 40 zonas calientes del frente de Sarajevo han sido abandonadas por las tropas bosnias y serbias. "Estamos en los primeros días, todavía se trata de una luna de miel", declaró el teniente general Michael Walker, comandante de las fuerzas de tierra de la OTAN.
Fuentes diplomáticas en la capital bosnia insistieron ayer en la necesidad de embridar cualquier tentación de dejarse arrastrar por la euforia. Quedan en el camino fechas clave y muchos campos minados, como la cuestión de los barrios de Sarajevo ocupados por los serbios y que deben volver a control del Gobierno bosnio dentro de 90 días plazo que los serbobosnios tra tan por todos los medios de dilatar al máximo.
El jefe de la misión de la OTAN en Bosnia, el almirante estadounidense Leighton Smith visitó ayer la plaza fuerte serbo-bosnia de Banja Luka para hablar con las autoridades locales de la puesta en práctica del plan de paz. Smith aseguró su satisfacción y confianza por lo que hasta el momento había podido ver sobre el terreno: "Estoy absolutamente convencido de que la gente de este país quiere la paz".
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