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Un espectáculo permanente

, A primera vista y según de qué lado se le mire, el nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Lyon presenta un aspecto austero o lúdico. El arquitecto Renzo Piano ha optado por conservar parte del antiguo palacio de la feria construido en los años 30, y derruir el resto, donde se alza ahora un edificio digno de entrar en el próximo milenio. El museo tiene un doble acceso y una planta baja que es un lugar de circulación peatonal, pensado para fácilitar el paso de quienes vayan al parque vecino o a las catorce salas de cine que están en el inmueble de al lado. En la fachada hay un gigantesco muro de imágenes, una serie de monitores que informan de las actividades del museo, presentan vídeos de artistas que le confieren a su arquitectura muy clásica un toque a lo Blade Runner. Ese muro de imágenes estará conectado a otro casi idéntico situado en la estación de metro. Para Thierry Raspail, que es el máximo responsable del nuevo centro, "el museo de arte contemporáneo aún no ha sido inventado y nosotros, modestamente, pretendemos contribuir a que lo sea. No podemos plantearnos que sea una réplica del museo de arte moderno o clásico, tradicionalmente enciclopédico y de naturaleza distinta. Nosotros no podemos reconstruir la historia y hacer historia a la vez. De ahí la necesidad de espectáculo permanente y de ser un centro de producción''.

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