La distancia creciente entre el mundo y su imagen, tema central de la Bienal de Lyon

La ciudad francesa de Lyon inaugura hoy la tercera edición de su Bienal de Arte Contemporáneo. Si la primera, en 1991, hablaba de "el amor del arte" y la segunda revisaba el discurso de las vanguardias bajo el lema "todos ellos cambiaron el mundo", en 1995 se aborda "la imagen en movimiento". Sesenta y tres artistas participan este año en la Bienal, escogidos entre un total de seiscientos proyectos. El nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Lyon, diseñado por el arquitecto Renzo Plano, ha abierto sus puertas con esta feria, que podrá visitarse hasta el 18 de febrero.

Para los tres comisarios de la Bienal -Thierry Parat, Georges Rey y Thierry Raspail- "el centenario del cine, inventado por Auguste y Louis Lumière en Lyon, nos ha proporcionado el argumento" para tratar un siglo en el que "el arte se ha cruzado con el cine desde 1920, con el vídeo desde 1960 y con la informática, a partir de 1990. El primero inventó el efecto de realidad, el segundo el directo y el tercero la interactividad". Y entre los tres han fabricado una realidad otra, la que llamamos virtual, y que a las orillas del Ródano se declina a través de una multitud de pantallas.El único español cuya propuesta ha sido seleccionada es Antoni Muntadas que presenta The File Room, una habitación en la que se intercalan monitores conectados, a terminales de Internet. El visitante podrá saber de todos los casos de censura artística que figuran inventariados en la ya famosa red y aportar los qué él conozca.

Padres e hijos

The File Room es una instalación inédita en Europa, como lo son otras ocho. Veintitrés más tienen la categoría de históricas -las de los "padres" fundadores citados pero también las de Vito Acconci, Peter Campus, Victor Burgin, Ken Feingold, Paul Garrin, Dennis Oppenheim, Fabrizio Plessi, Michel Snow- mientras las 29 restantes son creaciones hechas especialmente para la bienal dentro de un presupuesto global de 16,5 millones de francos ( más de 410 millones de pesetas), de los cuales 9 millones se dedicar, a las obras.El coreano Nam June Paik y el alemán Wolf Vostell son los "padres" de una muestra que constata la distancia creciente entre el mundo y su imagen: "Por tradición, el arte es el arte de la imagen. Y el discurso del arte no. se presenta como una mera constatación, a diferencia de la imagen del mundo vehiculada por los medios de comunicación, sino como un discurso", aseguran los comisarios que dicen "privilegiar dos extremos, el de la magia y el de la acción directa" porque ellos creen, que esta edición de la bienal se inscribe "entre John Fante, George Maciunas, John Cassavetes y Houdini, entre Pi'nocho y Perlimpinpin".

Ese discurso o reflexión ha sido organizada In ocho áreas temáticas:1) el trabajo sobre el archivo, la historia, la memoria individual o colectiva; 2) la implicación social, política y ecológica; 3) la renovación de las maneras de ver y mirar; 4) la experimentación individual;5) la magia; 6) el cuerpo, la identidad y la prótesis; 7) el diálogo interdisciplinario entre las artes; 8) el cine , la cita, la transformación. En el sexto apartado parece haberse inspirado el cartel de Ruedi Baur para anunciar esta tercera edición: un glóbulo ocular con la prótesis electrónica de unas antenas y de unos cables que lo conectan con el mundo.

La Bienal, que se abre al público hoy y hasta el próximo 18 de febrero, tendrá como marco dos edificios con destinos opuestos: uno es el Palacio de Congresos, que tras la celebración artística será derribado; el otro es el Museo de Arte Contemporáneo, un local ideado por él arquitecto kenzo Piano y que abre sus puertas estos días, que ofrece 13.000 metros cuadrados, normalmente ocupados por exposiciones temporales y por unos fondos propios que comienzan a finales de los años 60, que en buena parte en estado producidos por el propio museo y que incluyen en su colección a un solo artista español, el escultor Jaume Plensa.