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Chernomirdin continuará las reformas si Yeltsin le confirma en el Gobierno

Pilar Bonet

El jefe del Gobierno ruso, Víktor Chernomirdin, está dispuesto a permanecer en su puesto y seguir practicando la actual política de reformas, sea cual sea la voluntad popular en las elecciones parlamentarias que se celebran el próximo domingo. En una conferencia de prensa a la que asistieron numerosos ministros, Chernomírdin, que lidera el bloque de centro-derecha- Nuestra Casa es Rusia (NCR), manifestó su intención continuista, aunque admitió que el presidente Borís Yeltsin, a quien corresponde la decisión de confirmarle o no al frente del Gobierno, no le ha dado garantías de que le mantendrá en su puesto.

La Constitución de Rusia no obliga a Yeltsin a formar un, nuevo Gobierno ni a tener en cuenta los resultados electorales, que, según todos los pronósticos, incluidos los que realizó ayer el mismo Chernomirdin, favorecerán al Partido Comunista (PC). Su líder, Guennadi Ziugánov, opinó el martes que, tras las elecciones, dependiendo de quién tenga más votos, Yeltsin encargará la formación de Gobierno o bien a Chernomirdin o bien a Vari Skókov, el jefe del Congreso de las Comunidades Rusas (CCR), de carácter nacionalista moderado. Aunque descartó la posibilidad de que Chernomirdin ofrezca ministerios a los comunistas, Ziugánov dijo que las condiciones que pone su partido para participar en el Gobierno no son de tipo ideológico.La victoria de los comunistas o los nacionalistas moderados del (CCR) puede costarle muy cara a Rusia, manifestó Chernomirdin, quien dio indicios de que las componendas entre bastidores son posibles incluso con los más denostados rivales. También entre los comunistas hay políticos "normales", no ortodoxos y que comprenden los procesos que suceden en Rusia, dijo el primer ministro, que fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de la URSS de 1986 a 1990.Chernomirdin defendió ayer el programa de privatización de grandes empresas, mediante el cual los paquetes de control de compañías estratégicas están siendo transferidos a bancos próximos al Gobierno a cambio de préstamos. La Constitución rusa que se aprobó en diciembre de 1993 da muy pocos poderes al Parlamento, y las ambiciones de los principales grupos políticos en liza están puestas en las elecciones presidenciales que se celebrarán el 16 de junio de 1996. Por ello, las formaciones políticas que reciban la confianza de la población en los comicios del domingo se verán confrontadas al dilema entre presionar por ejercer su derecho moral a participar en el Gobierno o renunciar al desgaste que ello implicará en una situación complicada, donde el presidente tiene amplios poderes que se imponen a los del Gabinete.

Chernomirdin lamento la falta de unión de los partidos reformistas de derechas, que ayer trataban de paliar con arreglos de última hora su fragmentación en diferentes opciones políticas. Yegor Gaidar, el arquitecto de la reforma económica rusa, que, según los pronósticos, tendrá dificultades para pasar la barrerá del 5% requerida para estar representado en la Duma, ha retirado a una decena de candidatos en los distritos mononominales para favorecer al grupo Yábloko, que dirige el también economista Grigori YavIinski.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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