EE UU-America Latina, la eterna promesa
Un año después de la cumbre de Miami, el sur del continente sigue sin ser una prioridad para Clinton
Una nación del tamaño de Costa Rica, importa de EE UU casi tanto como todos los países del Este de Europa juntos. Chile, con 13 millones de habitantes, compra en el mercado norteamericano más que la India, con casi 1.000 millones de habitantes. Y el Mercosur, en su conjunto, más que China. El impacto de América Latina en la economía de EE UU es indiscutible, pero, un año después de la cumbre de Miami, las relaciones entre el norte, y el sur del continente no han avanzado al ritmo que se esperaba, y Washington sigue mostrando poco interés por construir una verdadera alianza hemisférica."Las relaciones son buenas, pero no se ha mantenido el nivel de entusiasmo que existió hace un año. Los países latinoamericanos sienten cierta frustración y decepción, porque esperaban más de EE UU, esperaban más de una Administración demócrata, y las expectativas no se han cumplido" opina Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, una organización privada, dedicada al estímulo de las relaciones con América Latina.
La principal expectativa frustrada ha sido la incorporación de Chile al Tratado de Libre Comercio (TLC). Esa iniciativa fue anunciada a bombo y platillo por Bill Clinton en la cumbre de Miami, pero, posteriormente, el Congreso norteamericano le impidió a la Administración culminar la negociación, y Chile ha quedado fuera del TLC, proba blemente hasta 1997. La Casa Blanca defendió el acuerdo con Chile, pero no con el mismo énfasis con el que ha defendido otras prioridades. de política exterior. Excepto una parada de unas horas en Haití, Clinton es el primer presidente norteamericano désde Harry Truman que no viaja a América Latina en su primer mandato. Otros funcionarios de alto nivel han" visitado países latinoamericanos entre ellos el vicepresidente, Al Gore, y la primera dama. Peto, ocupado en otros asuntos internacionales más conflictivos, el Gobierno norteamericano no ha dedicado desde luego atención prioritaria a sus vecinos.
Eso se debe, en parte, a que, aunque sin brillantez, las relaciones avanzan positivamente. "El proceso es muy dinámico, aunque no tiene la espectacularidad que se esperaba en Miami. La crisis de México y el problema político entre Perú y Ecuador crearon tensiones, pero la realidad es que las relaciones entre EE UU y América Latina están mejor que nunca en términos globales, afirma el embajador de Argentina en Washington, Raúl Granillo.
En términos comparativos, las relaciones entre EE UU y América Latina, que estuvieron siempre marcadas por el intervencionismo y la arrogancia del Norte hacia el Sur se establecen hoy en plano de igualdad y de colaboración. "Hace cinco años existía un ambiente de desconfianza, de conflicto. Hoy tenemos una agenda compartida y un ambiente de colaboración" considera Richard Feinberg, responsable de América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.
América Latina ha dejado de ser un territorio de confrontación política para convertirse en un campo de cooperación económica. América Latina es, ya el tercer principal. grupo importador de EE UU, y para el año 2010 puede convertirse en el primero. En su momento de mayor crisis económica, México gastó este año. 80.000 millones de dólares en el mercado norteamericano, cantidad inferior a la del año anterior, pero ese descenso. ha sido de sobra compensado con el, crecimiento. del comercio con Argentina `y Brasil.
Balance favorable
"El comercio en el hemisferio. se ha incrementado en un 20% este año", asegura Richard Feinberg. Según él, el balance del primer año desde Miami es favorable. Ha habido una reunión de ministros de Defensa en la que se marcaron líneas sobre las obligaciones constitucionales de las Fuerzas, Armadas en las jóvenes democracias latinoamericanas. También los ministros de Economía y Comercio se reunieron este verano en Denver para avanzar hacia la meta de una zona de libre comercio en el año,2005.
Los Gobiernos latinoamericanos confían en que ese proceso pueda dar resultados más espectaculares en una segunda presidencia de Clinton.El principal aspirante republicano, Robert Dole, ha sembrado la preocupación entre los latinoamericanos con una iniciativa legislativa para impedir el acceso de los plátanos costarricenses y colombianos al mercado norteamericano. Y no sólo eso: el tono general de los modernos conservadores, muy críticos con la inmigración de origen latino, despierta sospechas en el sur, del continente. La crisis económica de México ha sido el argumento de los republicanos par a congelar la ampliacion del TLC.
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