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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Enésima versión

El famoso relato Doctor Jekyll y Mr. Hyde, del gran escritor Robert Louis Stevenson, es origen de múltiples adaptaciones cinematográficas. Entre las más famosas se sitúan El hombre y el monstruo (1931), dirigida por Rouben Mamoullan y protagonizada por Fredric March, y El extraño caso del doctor Jekyll (1941), realizada por Victor Fleming y que tiene como protagonista a Spencer Tracy. Sin embargo, las más imaginativas son El profesor chiflado (1963), rodada en clave de comedia, donde un tímido profesor de Química, encarnado por el cómico Jerry Lewis se convierte en un seductor cantante, una caricatura de Dean Martin, su pareja habitual durante 16 películas. Y, sobre todo, la excelente Doctor Jekyll y su hermana Hyde (1971), de Roy Ward Baker, en que el sobrio Ralph Bates se transforma en la estupenda Martine Beswick.En Doctor Jekyll y Mrs. Hyde, el desconocido David Price, que no sólo es el director, sino el autor de la idea original, se limita a aglutinar de mala manera estas dos últimas versiones. De El profesor chiflado toma la idea, de que sea una película desarrollada en época actual y de Doctor Jekyll y su hermana Hyde, que el doctor se transforme en una atractiva mujer. A pesar de contar con cuatro guionistas, algo insólito dentro del cine norteamericano, no consigue unos resultados mínimamente comparables con ninguno de sus ilustres antecesores.

Dr

Jekyll and Mr. HydeDirector: David Price. Guionistas: Tim John, Oliver Butcher, William Davies, William Osborne. Fotografía: Tom Priestley. Música: Mark McKenzie. Estados Unidos, 1995. Intérpretes: Sean Young, Tim Daly, Lysette Anthony, Harvey Fiertein, Stephen Tobolowsky, Jeremy Pive. Estreno en Madrid: Madrid.

El único posible atractivo de la historia del joven químico que, al heredar los papeles de su ilustre tatarabuelo Jekyll, consigue desarrollar una fórmula por la que se convierte en una atractiva mujer, es la subrayada misoginia que desprende la historia. Frente a la bondad del joven químico Jekyll, destaca la maldad de la bellísima Hyde, dentro de una producción bastante torpe, que nada quiere saber sobre la dualidad entre el bien y el mal que todos llevamos dentro, de la narración original.

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