El románico catalán recupera su lugar en la historia con la reapertura del MNAC
El jueves abre el reformado Museo Nacional de Arte de Cataluña
Hay toda una generación de catalanes que nunca han visto in situ el ábside de Sant Climent de Taüll, una obra clave del románico mundial y del arte catalán de todos los tiempos. Durante casi una década, el público no ha podido ver esta y otras muchas obras debido a los trabajos de reforma del edificio del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). El próximo jueves el museo reabre sus puertas con la inauguración de las salas dedicadas al arte románico, que agrupan la colección de ábsides más importante del mundo.
El MNAC está situado en Montjuic, en el Palau Nacional, construido con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1929. La reforma del edificio, a cargo de la arquitecta italiana Gae Aulenti, ha sido polémica y larga. Demasiado larga" tanto por problemas políticos y de financiación como por la dificultad que comporta reformar un edificio que se construyó de forma provisional y que ni siquiera disponía de cimientos. De hecho, lo que se inaugura el jueves es sólo una parte; falta por acabar un ala del edificio y todo el primer piso.El MNAC es el centro más importante en cuanto a pintura mural románica por la concentración de obras y por la calidad de una buena parte de ellas. Justo a la entrada de las salas del románico se ha situado el ábside de Sant Pere de La Seu d'Urgell, uno de los más importantes del conjunto y que sirve de introducción a lo que será el resto. En el mismo espacio, una selección de capiteles y lápidas muestra la evolución desde el arte califal al románico.
Lo que viene después es una auténtica apoteosis de arte románico, un estilo que abarca aproximadamente del siglo XI al XIII con predominio absoluto de la temática religiosa y utilización simbólica de la figuración. Una gran parte de las piezas que se exponen son catalanas y en su mayoría proceden de iglesias rurales de la zona pirenaica. Lo que marca el conjunto y le da singularidad son los ábsides, que fueron arrancados de su lugar de origen a principios de siglo.
Frescos arrancados
La razón de que los ábsides estén concentrados en Barcelona se debe a la coincidencia entre la valoración internacional de este estilo y la rapidez con que se realizaban los expolios o compras autorizadas de los frescos de las iglesias pirenaicas con destino a los museos estadounidenses. A principios de este siglo, la Junta de Museos de Cataluña adquirió las pinturas para salvar el patrimonio y decidió seguir arrancando los frescos, ya que se consideró que en su lugar de origen no estaban suficientemente protegidos. La colección del museo se ha enriquecido también con adquisiciones y donaciones.
La exposición de las piezas está condicionada por los ábsides y por las pinturas murales. A su alrededor se articula todo el discurso museológico, que sigue un hilo cronológico en casi todo el recorrido.
La nueva distribución de las obras ha obligado a restaurar casi todas las pinturas sobre tabla y a fijar y limpiar la pintura mural, que se irá restaurando in situ a medida que se consiga la financiación necesaria. En total se presentan 178 obras, algunas de las cuales no se habían exhibido hasta ahora.
Entre las piezas mas importantes destacan la recreación del interior de la iglesia de Sant Joan de Boí, con 29 fragirientos de pinturas murales, algunos de ellos inéditos, que en su mayoría están situados en su lugar original; las pinturas relacionadas con el círculo de Pedret, de influencia italiana, que está considerado uno de los conjuntos más importantes del rómánico europeo, del que destacan los ábsides de Pedret y los de Santa Maria d'Áneu y Sant Pere de Burgal, que ocupan el centro de la sala.
También descollan los dos ámbitos temáticos dedicados a la iconografía de Cristo y María y a la imaginería, con piezas tan sobresalientes como la Majestad Batlló y el grupo del descendimiento de la cruz de Taüll. Uno y otro ámbito dan entrada y salida al conjunto de las dos iglesias de Taüll, piezas cumbre del museo.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.