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SUCESIÓN EN LA OTAN

Solana se alza con la secretaría general de la OTAN

El ministro, español afronta "el mandato más trascendente" de la historia de la Alianza

Xavier Vidal-Folch

Javier Solana es el nuevo secretario general de la OTAN. El Consejo Atlántico de la OTAN -los embajadores de los 16 países miembros decidió ayer su nombramiento al frente de la Alianza Atlántica, la organización político-defensiva más importante del mundo. El primer ministro de Canadá, último de los socios que faltaba para confirmar el consenso al más alto nivel político, dio ayer su sí definitivo, con lo que se obtuvo la unanimidad. Por vez primera un español alcanza un puesto internacional de tanta entidad y en una etapa tan decisiva. El nombramiento será oficial el próximo martes, día 5, cuando se reúnan los ministros de Exteriores de los Dieciséis, quienes ostentan la competencia para ello. Pero se trata de un trámite estatutario, pensado para dar realce político al cargo, porque los embajadores han comprometido a sus Gobiernos al máximo nivel. No se ha dejado el menor resquicio a un imprevisto.

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La elección se oficializa el día 5, pero la toma de posesión todavía está por concretar. La Alianza tiene prisa para acelerarla -lo que cuestionaría la presencia de Solana en la cumbre de la Unión Europea (UE) en Madrid, del 15 y 16-, por la urgencia de la pacificación de la antigua Yugoslavia.Ayer mismo, el Consejo Atlántico aprobó el despliegue militar para garantizar la paz acordada en Dayton: la avanzadilla de 2.600 soldados para establecer las comunicaciones que permitan el despliegue de una fuerza de 60.000 hombres empezará a salir hoy mismo.

Ésta es "la operación militar de más peso en toda la historia de la Alianza", indican altas fuentes de la misma. Y el de Solana será también el mandato de "más peso", añaden. Junto a esa prioridad, el nuevo jefe de la OTAN debe lidiar con su ampliación a la Europa del Este, la consolidación de la difícil relación con Rusia -reticente a lo anterior- y el desarrollo de la incipiente política mediterránea. Cuatro huesos. duros de roer para cuatro años de mandato -y uno de eventual prórroga- que alumbrarán la OTAN del año 2000.

Así se plasmó el consenso

El consenso sobre el nuevo secretario general se plasmó ayer en el Consejo Atlántico sin discusión, aunque tras un intenso trabajo diplomático. Anteayer, la reunión de los embajadores finalizó a mediodía sin que surgiera ninguna nueva candidatura que añadir a la del sempiterno aspirante, el ex ministro danés de Exteriores Uffe Ellemann-Jensen. España no lo hizo porque, aunque contaba con 14 países comprometidos con Solana si éste se presentaba, faltaban los apoyos de Reino Unido y Canadá. Pero el decano de los embajadores, el español Carlos Miranda, pidió a sus colegas que reservasen su agenda desde las tres de la tarde de ayer, "por si había nuevos desarrollos".

Los hubo. Londres confirmó oficialmente a las siete de la tarde del jueves que se sumaba a la mayoría. El ministro de Exteriores canadiense lo hizo también, aunque pidió un plazo para obtener el plácet de su primer ministro, Jean Chrétien. Este llegó a las 7.30 de ayer. El "creciente consenso" se había convertido en unanimidad inapelable.

Poco después de las tres de la tarde se volvían a congregar los embajadores en la delegación española -por ser su titular el decano- donde Miranda les comunicó, en nombre del Gobierno, que presentaba la candidatura de Solana, con el compromiso de que "si era elegido, aceptaría el puesto".

Como estaba asegurado, los asistentes la apoyaron. Dinamarca anunció acto seguido que retiraba el nombre de Ellemann-Jensen, para apoyar al ya candidato español, a lo que se sumaron sus apoyos escandinavos, Islandia y Noruega. Los Dieciséis agradecieron a Ellemann y al descabalgado ex primer ministro holandés Rutid Lubbers que hubieran concurrido al puesto y formalizaron el acuerdo.

A este consenso se ha llegado en tan sólo tres días. El desencadenante final lo protagonizó el embajador norteamericano, Robert Hunter, a las 16.45 del miércoles, justo después de finalizada la cumbre atlántica de ministros de Defensa. Washington se sumaba oficialmente así a la mayoría de países europeos, especialmente Italia, Francia y Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Portugal, Grecia y también Turquía.

Los primeros ministros de estos países habían asegurado al presidente del Gobierno, Felipe González, que "si España presenta a Solana, le apoyaremos" en las entrevistas de su gira de capitales europeas para preparar la cumbre de la Unión Europea de Madrid. Confirmadas estas posiciones, quedaban sólo el Reino Unido y Canadá, que fueron arrastrados por Washington, y los escandinavos, que habían prometido "no obstaculizar" el consenso, sabedores de que al candidato danés le resultaba imposible alcanzarlo.

La candidatura de Solana empezó a tomar cuerpo tras la retirada de Lubbers -el pasado día 10-, causada por la reticencia de Washington al holandés. Y se ha apoyado en tres pilares, indican distintas fuentes diplomáticas. Uno, el consenso europeo sobre el dinamismo de la presidencia española semestral de la UE, que él encarna. Dos, su implicación personal en la cuestión de la antigua Yugoslavia, prioridad de la Alianza, de EE UU y de la UE. Y tres, las buenas relaciones trenzadas con Washington, cristalizadas en el impulso a la Nueva Agenda Transatlántica entre la UE y EE UU, que mañana firman en Madrid González y el presidente Bill Clinton. Este impulso lo atribuye EE UU particularmente a España -y lo personaliza en Solana y en su secretario de Estado, Carlos Westendorp- después de que la presidencia francesa marcara al asunto un ritmo pausado.

Satisfacción de EE UU

Michael McCurry, portavoz de la Casa Blanca expresó ayer su satisfacción en Dublín, donde acompaña a Bill Clinton, informa "Si es ratificado el martes por los ministros de la Alianza, su nombramiento será muy bien recibido. Es una decisión muy valiosa. Solana es muy conocido en Estados Unidos. El ministro español tiene posiciones muy firmes en cuanto a la seguridad europea y será un líder muy dinámico en uno de los momentos más decisivos en la historia de la Alianza". McCurry añadió: "Como ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana ha sido un representante del Gobierno español muy eficaz y apreciado en muchas capitales, incluyendo Washington".

Otra alta fuente desmintió los rumores de que había habido fisuras dentro de la Administración norteamericana y dijo que altos jefes del Pentágono habían estudiado en los últimos días la candidatura de Solana y habían dado su plena aprobación.

Esa fuente dijo también que las diferencias entre España y Estados Unidos en relación a Cuba no habían afectado en absoluto la decisión, con lo que descartó que la carta de 35 congresistas contra la candidatura de Solana haya tenido el menor impacto.

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