Inminente consenso para que Solana dirija la OTAN

Javier Solana sigue sin ser candidato a la secretaría general de la OTAN, pero será, casi con certeza, su próximo jefe. El respaldo del que goza por parte de Estados Unidos quedará confirmado este fin de semana con motivo de la visita a Madrid del presidente Bill Clinton y de su secretario de Estado, Warren Christopher. Los embajadores acreditados ante la Alianza Atlántica se reunieron ayer en Bruselas y, aunque no llegaron a un acuerdo, constataron que se estaba forjando un consenso sobre el ministro español. El Gobierno de Felipe González formalizará, muy probablemente, su candidatura el lunes, y el nombramiento podría producirse en el Consejo Atlántico del martes en Bruselas.

Solana, de 53 años, tiene grandes posibilidades de ser nombrado secretario general por el Consejo Atlántico el 5 de diciembre en Bruselas. En el Consejo participarán todos sus homólogos de los países miembros junto con los ministros de Defensa. La víspera, el Gobierno español presentará formalmente su candidatura. en el curso de una reunión extraordinaria de los 16 embajadores, que fue convocada ayer. Tanto el secretario de Defensa de EE UU, William Perry, como el vicesecretario general de la Alianza, Sergio Balanzino, han explicado que el nombramiento sería «el martes, y de aquí a esa fe cha resulta imposible alcanzar un consenso sobre un candidato alternativo aunque a veces suene ,el nombre de la primera ministra de Noruega, Gro Harlem Bruntland.El secretario de Estado norteamericano ha adelantado su viaje a Madrid, adonde llegará hoy por la noche, para entrevistarse el sábado con Solana. Ese mismo día por la tarde llegará Clinton a la capital, procedente de Bonn. Su visita se iniciará con una cena en el Palacio Real con el Rey y el presidente Felipe González.

En círculos diplomáticos españoles se cree muy probable que ambos huéspedes norteamericanos pidan al Gobierno que presente la candidatura de Solana. Estados Unidos se compromete a ayudar d vencer las últimas reticencias.

Distancias

No todos los norteamericanos parecen haber estado desde el primer momento con Solana. William Perry hizo declaraciones marcando distancias con el ministro español, contra el que pudo argumentar que no con venía premiar a un país que no mantenía una relación ortodoxa con la Alianza. España es, junto con Francia, el único miembro que no está integrado en la estructura militar de la OTAN.

En cambio, Warren Christopher sí ha visto con buenos ojos la candidatura de su colega español, con la que también simpatiza el consejero de seguridad nacional de Clinton, Anthony Lake. Al final, el presidente norteamericano ha inclinado la balanza a favor de la opción que defendían sus diplomáticos

Por eso, altos funcionarios,del Departamento de Estado aseguraron ayer que Washington considera que "un español está del todo cualificado" para encabezar la OTAN al tiempo que señalaban que Solana goza de "gran respeto" por parte de Christopher, que le considera como uno de "sus más estrechos confidentes".

A la espera de Canadá

Sólo un país de la Alianza, Canadá; no ha dado, por ahora, su visto bueno al jefe de la diploma cia española. Las secuelas de la guerra del fletán explican, proba blementh, esta tardanza. El Reino Unido, a cuyo. secretario de Defensa, Michael Portillo, se le atribuían fuertes -reticencias, hizo saber ayer a sus aliados que no ponía pegas. Con anterioridad, el propio Portillo declaró que Solana era "un candidato creíble".

Poco después de que dimitiese, el 20 de octubre, el -anterior secretario general, el belga Willy Claes, varios países europeos se manifestaron con discreción a favor de la candidatura del jefe de la diplomacia española. Los primeros en animarle con motivo de la reunión de la Unión de Europa Occidental (UEO), fueron Francia, Alemania, Italia y Holanda, cuyo candidato, el ex primer ministro Ruud Lubbers, había sido vetado por Washington por su supuesto desconocimiento de la situación en la antigua Yugoslavia.

La tarea del próximo secretarío general será muy importante: deberá organizar el despliegue de la fuerza de 60.000 hombres en Bosnia-Herzegovina para poner en marcha el plan de paz.