El desfase de ingresos se resuelve cobrando en función de lo que se cotice

Aplicar una mayor proporcionalidad entre lo que se ha pagado y lo que se recibe, tal y como propone el Pacto de Toledo, sería suficiente para garantizar en el futuro el equilibrio entre los ingresos los gastos en el sistema público depensiones, según el estudio del Ministerio de Trabajo. Si los gastos y los ingresos evolucionan con el PIB, es decir, si se mantuviera la presión contributiva, no habría ningún problema, pero en el supuesto de que los ingresos evolucionaran con el empleo, habría un desfase.

La preocupación puede surgir si a partir del año, 2010 perdu rase la rebaja de la presión contributiva por un menor crecimiento de cotizantes que pasa del 2% al 0,8%, y por la entrada en el sistema de pensiones de la generación del baby boom (los sesenta). La presión contributiva, situada ahora en un 10,68% sería del 9,85% en el 2010 y habría una necesidad de financiación adicional, por vías distintas, a la cotización, de un 0,9% del PIB, lo que supone 1,4 billones de pesetas (ver cuadro). Según el estudio, esta financiación adicional podría ser compensada por la adopción de un conjunto de medidas, tanto en ingresos, como en gastos, que incluye el Pacto de Toledo. Así se calcula que retrasar la jubilación un año supondría, en términos de PIB para el año 2010 un 0,14%; retrasarla dos anos un 0,27% y establece una mayor proporcionalidad tanto en la pensión de jubilación como en la de invalidez supondría un 0,42%. Los ingresos adicionales a un punto del tipo de cotización (subida de tipos de cotización de los regímenes especiales de autónomos y trabajadores del campo) supondría un 0,29% del PIB.Entre las, medidas que incluye el Pacto de Toledo figura también alargar el número de años que se toman como base para calcular la cuantía de la pensión, y que actualmente es de ocho. Pues bien, en la hipótesis de que variase de forma paulatina el número de años hasta un máximo de 15, el efecto que se obtendría sobre el gasto sería de una reducción de un 0,23% en el año 2000, del 0,89% en el 2010 y del 1,73% en el 2030, lo que supondría una disminución del gasto sobre el PIB del 0,02%, 0,09% y del 0,19%, respectivamente.