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Clinton pide al IRA que se sume al proceso de paz

El presidente norteamericano, Bill Clinton, que pretende repetir en Irlanda del Norte su labor pacificadora en Bosnia y Oriente Próximo, ofreció ayer su total respaldo al acuerdo anglo-irlandés, alcanzado horas antes de su llegada a Londres, y pidió el apoyo del IRA al inmediato proceso de negociación. El compromiso, que desbloquea el camino hacia la paz en el Ulster después de varios meses de incertidumbre, ofrece, dijo Clinton, "'una oportunidad para todos los partidos de defender su postura en la mesa de conversaciones". Clinton promoverá hoy el acuerdo en entrevistas con dirigentes de todos los sectores políticos norirlandeses en la primera visita de un presidente de Estados Unidos al Ulster.

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"Ésta es una oportunidad para empezar un diálogo en el que todas las voces sean escuchadas y sean expuestos, todos los puntos de vista", declaró Clinton, en relación con el acuerdo anglo-irlandés, tras reunirse con el primer ministro británico, John Major. El portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry, dijo que el compromiso, anunciado in extremis en la noche del martes, no había constituido una sorpresa para la Administración norteamericana, que ha trabajado intensamente en los últimos meses en su papel de mediador.Funcionarios estadounidenses confirmaron que Anthony Lake, consejero nacional de Seguridad, ha sido una pieza clave en las conversaciones de última hora que han hecho posible el acuerdo. Los contactos mantenidos por Lake con el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, y con el líder del Partido Unionista del Ulster, David Trimble, han sido cruciales para desbloquear el proceso. Hasta tal punto que Clinton obsequió a su consejero de Seguridad con una botella de champaña durante el vuelo que les trajo a Londres.

En la capital británica, el presidente hubo de enfrentarse también a la presión de los periodistas en busca de una explicación más detallada del papel "catalizador" de EE UU en este último eslabón del proceso de paz. La duda estaba en saber si su Administración apoya la exigencia británica de que el IRA entregue las armas antes de que el Sinn Fein tome asiento en la mesa de negociaciones. Clinton lo zanjó con un regate diplomático. "Acepto la postura del Gobierno británico de la doble aproximación al proceso de paz", dijo. "Es decir, creo que lo anunciado por los primeros ministros Bruton y Major es un acuerdo marco en cuyo seno esas diferencias de opinión pueden resolverse".

Clinton y Major intercambiaron felicitaciones por la superación del punto muerto que amenazaba la permanencia del alto el fuego que rige en el Ulster desde hace más de 15 meses. "Creo que la llegada del presidente nos ha ayudado a todos a concentrar las mentes", explicó el primer ministro británico. Un alto cargo norteamericano definió el papel de la Casa Blanca como de apoyo y colaboración. "El acuerdo ha sido un tema de los dos primeros ministros", dijo.

Peso y sustancia

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La misma fuente reiteró la voluntad norteamericana de seguir colaborando en el proceso llamado de doble vía -una mesa de negociación política y otra sobre el desarme- que debe conducir a conversaciones globales para finales de febrero: "Ahora podemos empezar a hablar de la naturaleza de las conversaciones multipartidistas, y del tema de la entrega de armas, añadiendo peso, sustancia a la visita".Hubo pocas referencias a los partidos unionistas en las diferentes intervenciones de Clinton y Major. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca informó posteriormente de la existencia de contactos a alto nivel entre su Administración y "todos los partidos" envueltos en el proceso de pacificación del Ulster.

Las primeras reacciones de los partidos probritánicos en la provincia permiten suponer que serán ellos la manzana de la discordia. David Trimble, líder del partido protestante de mayor presencia en Irlanda del Norte, criticó en los términos más duros un acuerdo "artificial", y acusé, a Major de bailar al ritmo que le impone Washington. Gerry Adams empleó el mismo término para calificar el acuerdo, que, sin embargo, "puede servir para reanimar el proceso". El gran protagonista de la visita que Clinton realizará hoy a Belfast y Londonderry será el líder del Sinn Fein, considerado por los norteamericanos como el interlocutor básico para lograr la ansiada paz. Ayer, en Belfast, la policía desactivó dos bombas: una cerca del hotel en el que va a hospedarse Clinton y otra a un kilómetro y medio de allí. Durante su jornada en Londres, Clinton pronunció un discurso ante el Parlamento, con las dos cámaras reunidas en sesión solemne; tomó el té con la Reina, y se entrevistó con el jefe de la oposición laborista, Tony Blair.

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