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Los Quince acuerdan firmar un Pacto de Estabilidad para después de la moneda única

El Ecofin ratificó ayer los escenarios de paso a la moneda única perfilados en octubre pasado en El Saler (Valencia). Alemania logró resolver a su favor casi todos los temas que quedaban pendientes y obtuvo un apoyo unánime en favor de la filosofía del Pacto de Estabilidad para mantener la aussteridad, de las finanzas públicas y en los criterios de convergencia para después de alcanzar la moneda única. La Comisión Europea pondrá ahora en blanco sobre negro las medidas específicas en que se ha de concretar ahora ese rigor. La Cumbre de Madrid decidirá los tres temas que quedan pendientes: el nombre de la moneda, las emisiones de deuda y la fecha exacta de la criba de países que acceden a la moneda.

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El ministro de Finanzas alemán, Theo Waigel, estaba ayer satisfecho. Prácticamente todos sus objetivos quedaron cubiertos. Los ministros dieron su apoyo unánime a su propuesta de firmar un Pacto de Estabilidad para mantener el rigor de las finanzas públicas para siempre, un tema básico para que la opinión pública alemana aleje los fantasmas que le hacen desconfiar de la divisa única europea por temor a perder la estabilidad del marco. A propuesta del ministro español Pedro Solbes, presidente del Ecofin por turno, será la Comisión quien presente por escrito una propuesta concreta.La decisión favorece a Waigel incluso en el aspecto formal, al no ser directamente Alemania quien imponga las condiciones de este pacto, Sino que sean los propios Quince quienes se doten de, ellas. Waigel ha .logrado que el Pacto de Estabilidad no sea un mero acuerdo de los actuales gobiernos, sino que se convierta en una normativa escrita que en la práctica ampliará las disposiciones acordadas en Maastricht

Waígel impuso también su tesis de que el estatuto legal de la moneda única durante la fase de transición permita su coexistencia con las divisas nacionales. El marco mantendrá así su fuerza propia ante los mercados hasta el último día, el 1 de julio del año 2002, cuando desaparezcan las divisas nacionales. No hubo acuerdo, sin embargo, sobre las emisiones de deuda pública en moneda europea. Alemania quiere que sea voluntad de los países qué emisiones se realizan en moneda europea y cuáles en divisa nacional, aceptando el principio de que ha de haber desde el 1 de enero de 1999, fecha de inicio de la tercera fase de la unión monetaria, una cantidad importante de emisiones de deuda en moneda europea para dar al proceso la imagen de irreversibilidad necesaria para evitar las dudas del mercado.

La cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de diciembre próximo en Madrid decidirá esta cuestión y otras dos que han quedado pendientes: el nombre de la moneda y la fecha de la criba. El Ecofin oficializó ayer la propuesta alemana y de la Comisión de que en Madrid sé aclaren las dudas sobre el nombre. Pero, finalmente, no se hace ninguna referencia recomendado el nombre euro para sustituir al de ecu, aunque parece que será así.

Los ministros acordaron también aparcar hasta Madrid la fecha de la criba de países que están o no en condiciones de pasar a la moneda única. El Tratado establece que debe ser en el primer semestre de 1998. Los ministros están de acuerdo en que se haga sobre datos reales del ejercicio de 1997, por lo que se imponía la tesis de que la criba se hiciera. en abril. Para ello bastaba con crear un consejo de "gobernadores en la sombra" para que el Instituto Monetario Europeo empezara los preparativos desde enero y no tuviera que esperar a abril.

Pero Francia ha bloqueado esta iniciativa porque la criba coincidiría con las elecciones generales de 1998. Francia sostiene que en diciembre de 1997 ya se dispondrá de datos suficientes y que no es necesario esperar más. El problema, más político que técnico, queda para un escenario: el Consejo Europeo de Madrid.

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