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Reportaje:

Un país con otro perfil

El Ejército ya no es un peligro interno en El Salvador. Los antiguos jefes militares de a promoción de La Tandona, entre los que se encuentran los inductores del asesinato de los Jesuitas españoles, colgaron su uniforme y hoy viven de sus negocios particulares. Eso sí: están muy contentos porque un antiguo compañero, el obispo castrense, fue promovido recientemente por la Santa Sede al arzobispado de San Salvador. Fernando Sáenz Lacalle es español (nació en Navarra) y se le considera próximo al Opus Dei.Las Fuerzas Armadas, desde que hay paz en El Salvador, tienen 31.000 efectivos menos y su misión es muy concisa y muy clara: defender la soberanía e integridad el país. Nada más. El

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Las heridas de la guerra cicatrizan en El Salvador

problema que más quebraderos de cabeza le da al presidente, Armando Calderón, es precisamente esos desmovilizados del Ejército que, en otra de las paradojas de la paz, se han unido a los del FMLN, sumando así fuerzas para reclamar sus reivindicaciones. El jueves 23, al intentar la policía rescatar a unos rehenes que los desmovilizados mantenían secuestrados en San Salvador como protesta por sus problemas, murieron a balazos dos de los rebeldes.Exceptuando conflictos como éste o la propia inseguridad pública, El Salvador marcha. Incluso lo que se suponía el punto más conflictivo de los acuerdos de paz, las transferencias de tierras al FMLN, está resuelto en un 81,7%. El país está alcanzando otro perfil: cada día se parece menos a la sociedad agrícola del pasado y el principal ingreso ha dejado de ser el café, que ya le ha cedido su lugar a las remesas que envía el millón de salvadoreños que viven en Estados Unidos (la mitad, en Los Ángeles): 1.200 millones de dólares (144.000 millones de pesetas).Entre los lujos que se puede permitir este país en paz figura el de colocar al frente de la nueva Policía Nacional Civil a un director de 31 años. Rodrigo Ávila, ingeniero industrial formado en universidades norteamericanas, tenía sólo 14 años cuando estalló la guerra. Ahora lleva una, pistola en cada costado, pero no porque las use a la vez, sino "porque hay que llevar siempre una segunda por si falla la otra".

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