Peres logra el respaldo del Parlamento a un Gobierno cuya "base moral es la paz"
Reforzado por un amplio respaldo parlamentario, el nuevo Gobierno israelí del primer ministro laborista Simón Peres se comprometió ayer a seguir en la senda de la paz con, los palestinos y renovó su invitación a reanudar el diálogo con Siria. Peres delineó las prioridades de su Gobierno ante una sesión de la Knesset (Parlamento) que aprobó la estructura del nuevo Gabinete 18 días después del asesinato de Isaac Rabin a manos de un extremista judío. "No a la violencia, sí a la paz; ésta es la base moral del Gobierno que formamos hoy", dijo Peres, que al igual que su predecesor mantiene la cartera de Defensa en el nuevo Gabinete.
Peres dijo que se propone ampliar las bases de un diálogo con aquellos israelíes que se oponen al plan de paz con los palestinos, pero advirtió que su Gobierno actuará con inflexibilidad contra el extremismo judío.En su discurso, el nuevo primer ministro también exhortó a Siria a buscar la paz con Israel y a superar los escollos que desde hace meses mantienen bloqueadas las negociaciones bilaterales. "Quiero decirle al presidente Hafez el Asad que la lógica de la guerra ha terminado y que las diferencias que persisten pueden ser solucionadas en negociaciones en un ambiente de respeto mutuo", dijo.
La configuración del nuevo Gabinete no tomó a nadie por sorpresa. Desde hace días que se especulaba el nombramiento del ex jefe del Ejército, el carismático general Ehud Barak, como ministro de Asuntos Exteriores, y del activo sindicalista Haim Ramón, en la cartera de Interior.
Yossi Beilin, hasta ayer ministro de Economía, se transformó en ministro sin cartera con "responsabilidades especiales" en el despacho de Peres, su tradicional protector y mentor político. Moshe Shahal, ex ministro de Policia, asumió funciones como titular del recientemente creado Ministerio de Seguridad Interior, y Yehuda Amital, el líder del Meimad, una facción moderada del derechista Partido Nacional Religioso, tendrá rango de ministro sin cartera, una decisión que refleja el deseo de Peres de mejorar sus relaciones con el sector religioso y los colonos judíos que se oponen a la paz con los palestinos.
En esencia, los componentes del nuevo Gobierno son los mismos que los de Rabin: el Partido Laborista (de centro izquierda), el bloque pacifista Meretz y la pequeña facción Yehud. Entre los tres controlan 58 escaños, en la Knesset, de 120 miembros, pero la coalición gubernamental puede contar además con los cinco votos de los dos partidos que representan a los árabes de nacionalidad israelí.
La oposición derechista del Likud no hizo intento alguno por bloquear la aprobación parlamentaria del nuevo Gobiernon pero su líder, Benjamín Netanyahu, advirtió que los laboristas "pueden apresurarse a hacer concesiones a los árabes" ahora que ya no existe la influencia matizadora de Rabin. Peres ha sugerido que Israel podría aceptar demandas sirias en favor de una retirada de los altos del Golán, pero aún no hay nada concreto.
Ya el martes por la noche, el primer ministro anunció que no acudirá a la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, a principios de la semana próxima, dónde tenía previsto celebrar su primer encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, desde que el 4 de noviembre fuera asesinado Isaac Rabin, informa Ignacio Cembrero.
Peres tomó esta decisión para poder hacer frente a sus tareas internas, y sólo 24 horas después de haber declarado en Bruselas que acudiría a la Ciudad Condal, donde esperaba además poder entrevistarse por primera vez con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faruk al Sharaa. La diplomacia norteamericana hizo gestiones para facilitar esta reunión, pero Sharaa descartó públicamente, a principios de semanal que se fuese a encontrar mano a mano con su homólogo israelí.
La representación de Israel en la conferencia estará encabezada por el nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, Barak. Todas las demás delegaciones estarán también dirigidas por los titulares de Exteriores, excepto la palestina, que presidirá Arafat, y la marroquí, a cuyo frente estará el primer ministro Abdelatif Filali, que desempeña también la cartera de Exteriores.
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