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El jefe de Sanidad no es tan inválido

El responsable valenciano de salud deberá devolver la pensión que cobra como "incapaz absoluto"

Marzo de 1995: un diputado autonómico valenciano renuncia al escaño tras obtener de la Seguridad Social una pensión vitalicia por incapacidad absoluta. Julio de 1995: el ex diputado reaparece por sorpresa en la política como consejero de Sanidad, aunque renuncia a su sueldo para mantener la pensión. Se marchó como militante de Unión Valenciana; regresa como afiliado al Partido Popular.Tan peculiar caso ha traído de cabeza a los servicios jurídicos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Finalmente, los funcionarios del INSS han optado por una solución discretamente salomónica: el actual consejero valenciano de Sanidad, Joaquín Farnós, deberá reingresar en la Tesorería de la Seguridad la pensión que ha venido cobrando desde que fue nombrado integrante del Gobierno de Eduardo Zaplana: unas 250.000 pesetas mensuales. A cambio, podrá comenzar a cobrar como consejero, unas 500.000 pesetas netas al mes.

La decisión de la Seguridad Social será notificada en los próximos días. La resolución suspende el cobro de la pensión, pero no modifica la cualificación jurídica de Farnós: "Incapaz permanente absoluto", una situación también conocida como "invalidez permanente

De acuerdo con la ley, una invalidez permanente es aquella que "inhabilita al trabajador para toda profesión u oficio". En cambio, una invalidez total sólo incapacita para el trabajo habitual, pero no para otros oficios. La ley ya no prohíbe que un inválido absoluto trabaje, aunque este punto no está desarrollado con detalle.

Joaquín Farnós, de 60 años, es médico de profesión. Dos infartos y otras complicaciones le llevaron a tirar la toalla de la actividad pública a principios de este año. Así lo comunicó a sus correligionarios, en aquellos tiempos de UV. Tras ganar las pasadas elecciones autonómicas, el popular Eduardo Zaplana rehabilitó a Joaquín Farnós como consejero de Sanidad, el de partamento que gestiona el 37% del presupuesto de la Generalitat valenciana. Fue la sorpresa del nuevo Consell. Especialmente porque Farnós no reapareció siquiera como independiente, sino como militante popular. Pero mayor fue la sorpresa para los médicos y funcionarios del INSS que acababan de ser convencidos por Farnós de la gravedad de su estado de salud.

Según la resolución dictada, Farnós ha sido "suspendido" del cobro de la pensión desde su acceso al Consell, aunque supuestamente volverá a cobrar la prestación por invalidez cuando deje el cargo. Abogados especialistas en Seguridad Social creen más acertado haber reconocido el error de concederle la invalidez permanente. En esa línea, la Seguridad Social debía ahora otorgarle sólo la invalidez total. Era recurrir a una ficción: quien no podía ejercer como médico sí podría, en cambio, ser consejero de Sanidad.

Cuentan de Farnós que el día de su toma de posesión preguntó: "¿Aquí hay que venir todos los días?". De ser cierta la anécdota -o categoría, según se mire-, el consejero se limitó únicamente a seguir los consejos médicos, según los cuales debía pasear mucho y tomarse las cosas con calma.

Tras su nombramiento, Farnós comunicó su nueva situación a la Seguridad Social, que revisó su expediente. En uno de los hospitales gestionados por su consejería, Farnós se sometió a un chequeo. Los médicos confirmaron que permanecía su gravedad. Con ese dato, la Seguridad Social ha tomado una decisión: Joaquín Farnós es "incapaz absoluto" es decir, está "inhabilitado para toda profesión", excepto, claro está, para gestionar el 37% del presupuesto valenciano en la Consejería de Sanidad.

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