Alarma inminente

La sirena del colegio Antonio Machado de Móstoles (199.400 vecinos) alertó ayer de un peligro inminente a las 10.24. Segundos después, todas las ventanas estaban selladas. Había que evacuar el centro. Los primeros en salir fueron los pequeños de tres y cuatro años. Sus profesores (sólo ellos sabían que se trataba de un simulacro) los sacaron antes que a los demás para evitar que fueran arrollados en las escaleras por los mayores. Después, el resto de los estudiantes, en fila, abandonó con paso firme el edificio. Sus rostros mostraban gran preocupación: desconocían cuál era el peligro. Ya en las pistas de deporte, los chavales se percataron de que todo lo ocurrido había sido un ensayo. Unos respiraron tranquilos, otros enjugaron sus lágrimas, producto del miedo, y la mayoría rió. "Podrían haber dicho que era mentira y por lo menos habría cogido la chaqueta", protestó una alumna de séptimo de EGB, helada en mangas de camisa.Todo el proceso fue supervisado por seis objetores que prestan servicio en Protección Civil, que tomaron nota de los errores cometidos, en el simulacro. "Algunos niños salieron corriendo, se adelantaron a sus profesores y no guardaron silencio comentaron los jóvenes. El Antonio Machado sacó sobresaliente en capacidad de reacción, ya que el centro quedó totalmente despejado en dos minutos y 10 segundos, cuando el tope supera los tres minutos.