Éxito de la subasta de 'picassos' pese a la caída de precios
Nueve cuadros de Pablo Picasso contribuyeron, el martes por la noche a convertir en un éxito de recaudación la primera jornada de subastas de otoño en Nueva York. Le miroir (1932), un lienzo de grandes dimensiones con la imagen de Marie-Thérese Walter, se vendió en Christie's por 20 millones de dólares (2.420 millones de pesetas) tras una emocionante puja que fue el centro de atención de la noche. De todas formas, como signo de la evolución a la baja del mercado en los últimos años, esta misma obra había sido adquirida por el marchante japonés Shigeki Karneyama en noviembre de 1989 en Sotheby's por 26,4 millones de dólares (3.194 millones de pesetas). El récord de venta de un picasso corresponde a Les noces de Pierrete (1905), adquirido por un comprador japonés en 1989 en 5.700 millones de pesetas.
De las restantes nueve obras de Picasso que se sacaron a su basta sólo una se quedó en la casa. En total, Christie's vendió 55 lotes por un total de 107 millones de dólares (12.947 millones de pesetas) y, fue la primera vez desde 1990 que se supera la barrera de los 100 millones en una jornada.
Al final de la venta, el director de arte impresionista y moderno de Christie's, Michael Findlay, recordó que en los dos últimos años ha existido una gran retórica sobre el renacimiento del mercado del arte que nunca se plasmaba en la sala de subastas. Findlay dijo que esos días han pasado y que ahora "esa retórica ha creado un estado de ánimo contagioso".
Pujas endemoniadas
La temporada se inicia por tanto con una nota optimista, pero a Christie's le costó poner la maquinaria en marcha. Al comenzar la velada, la mayoría de las obras de arte impresionista y moderno o se estaban vendiendo al mínimo o por debajo del mínimo estimado por la casa. Esto sucedió con cuadros, por ejemplo, de Monet, Pissarro y Renoir.Entonces llegó el retrato rosa de Picasso Garçon á la collerete, que se adjudicó por 12,1 millones de dólares (1.464 millones de pesetas). La noche se había calentado y pronto se produjeron dos pujas endemoniadas por sendos dibujos sobre papel: un boceto de Gustav Klimt, que se vendió por 26,9 millones de pesetas, cuatro veces por encima del máximo previsto, y un autorretrato del austríaco Egon Schelle, que recaudó 217 millones de pesetas.
La venta de Le miroir también comenzó con aparente desapasionamiento. Al rozar los nueve millones de dólares, sin embargo, se desató un tira y afloja entre los teléfonos y la sala que culminó con la adjudicación de la obra por 20 millones de dólares. Según The New York Times, que calificó la jornada de "apoteósica", el comprador es un millonario israelí.
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