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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Aquella Marcha Verde

EL REY Hassan II no viajará al Sáhara occidental para conmemorar el vigésimo aniversario de la celebración de la Marcha Verde. La suspensión -aplazamiento, se gún el Gobierno marroquí- del viaje se explica por razones de salud del monarca, aunque no se descarta la posibilidad. de que la decisión sea el resultado de compleja s gestiones diplomáticas efectuadas en el marco de los recientes actos de conmemoración del 500 aniversario de la ONU. El aplazamiento-anulación del viaje, en cualquier caso, ayuda a calmar la tensión originada en la zona tras el bloqueo del proceso del referéndum impulsado por la ONU e iniciado con un alto el fuego de cretado el 6 de septiembre de 199 1. La suspensión evita tensiones adicionales en un momento . en. que la ONU ha decidido impulsar las negociaciones directas. En el recuerdo y en la historia permanece aquel 6 de noviembre de 1975, cuando Marruecos puso en escena una de las operaciones político-publicitarias más importantes de su historia: la Marcha Verde. La operación, planeada por el rey Hassan II y sus íntimos colaboradores, tenía por objeto 'presionar a la opinión internacional y a España -entonces en un momento de debilidad absoluta- para que abandonara la ex colonia. En la marcha participaron 350.000 marroquíes preseleccionados en diversas Ciudades y contaron con el apoyo logístico de la Administración y del Ejército. Todos se concentraron en Tarfaya, y en un gesto simbólico cruzaron la frontera del Sáhara español con Marruecos. Luego se volvieron atrás y dejaron en manos de la diplomacia y el Ejército la ocupación real del territorio y su anexión a Marruecos. Ocho días después de la marcha, Madrid acordaba la repartición del territorio entre Marruecos y Mauritania, mientras las Fuerzas Armadas españolas se retiraban de la zona. La maniobra del rey Hassan II tenía por objeto ante todo cohesionar políticamente a su país en torno a un proyecto territorial, para poner fin a un periodo de turbulencias sociales que se había traducido incluso en forma de varios atentados contra el propio monarca. El 10 de julio de 1971, el soberano salvó la vida por poco cuando fue atacado por cadetes de la escuela de Ahermumu, en su palacio de Skirat. Un año después -agosto de 1972- sobrevivió al intento de derribar el avión en el que regresaba de París. La Marcha Verde cerró así un periodo sangriento y conflictivo en Marruecos para dar paso a un proceso de democratización y liberalización del país. Fue el último gesto enérgico y radical del soberano alauí, que se ha venido caracterizando en los últimos años por impulsar a todos los niveles una política de mínimos pasos que ha. hecho del proceso de democratización de Marruecos uno de los más lentos del mundo. Lo mismo, ha pasado con la economía, los derechos humanos o las libertades públicas. Desde hace más de dos décadas, Marruecos está en fase de permanente despegue, con los cinturones abrochados y. sin coger altura. El momento para desencadenar la Marcha Verde era estratégicamente ideal. El vacío de poder en España era evidente, con Franco agonizando y el Ejército paralizado ante las expectativas de transición abiertas. Has san maniobró entonces con audacia para movilizar a la población por una causa nacional territorial, una de las más populares siempre, como bien sabe todo demagogo. Desde entonces ha aplicado una política de hechos consumados a despecho de resoluciones de la ONU y presiones internacionales. Y es pronto para saber si ha llegado el momento en que el conflicto del Sáhara deje de ser sistemáticamente ignorado.

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