Cinco años de caos
Cuando Lech Walesa gana en 1990 las elecciones presidenciales tras una ardua lucha contra su antiguo amigo y asesor Tadeusz Mazowiecki, su cota de popularidad llegaba al 65%. De año en año, el grado de apoyo ha ido bajando, según los sondeos al ritmo de un 10% anual. En agosto pasado sólo, uno de cada siete polacos estaba dispuesto a votar al antiguo líder obrero, símbolo de la lucha contra el régimen comunista polaco.
Las razones de tan fuerte desgaste son muchas. Con su mandato caótico y plagado de luchas personales, Walesa no hizo sino confirmar los temores de quienes consideraban que no estaba preparado para el cargo.
También defraudó a sus seguidores al no cumplir ninguna de las promesas electorales: no "dejó en cueros" a los antiguos comunistas, no repartió de una manera más justa las cargas de la política de austeridad económica, no logró acelerar las reformas políticas ni económicas, no consiguió llevar a la práctica una privatización masiva. Todo ello hace que, a pesar de incuestionables logros económicos, en muchos sectores de la sociedad polaca impere el desencanto.
De poco sirven las explicaciones de que Polonia ha registrado uno de los mayores crecimientos económicos en Europa (un 6%) si la tercera parte de la población vive por debajo del umbral de pobreza, al mismo tiempo que crecen las fortunas de los antiguos y los nuevos dignatarios políticos.
Los principales males que afectan a los polacos son el elevado desempleo -15% de la población activa-, la inseguridad ciudadana -aparición de mafias y de la delincuencia organizada-, y que por la reforma sanitaria haya que pagar los servicios médicos y las medicinas. Tal opinión sobre la situación del país la expresó una significativa mayoría de las 50.000 personas encuestadas recientemente por el diario Gazeta Wyborcza, que organizó un sondeo sobre los triunfos y los fracasos de los últimos cinco años en Polonia bajo el mandato de Walesa.
Triunfo de la democracia
Pero no todo fueron fracasos. Los resultados de la ya citada encuesta señalan claramente que los polacos saben apreciar los logros de la democracia y la independencia.Así, el mayor triunfo, en su opinión, fue la retirada de las tropas soviéticas (y más tarde rusas) del territorio. polaco. El segundo éxito más señalado por los encuestados fue "la verdad sobre Katyn", o sea, la confirmación oficial por Moscú de que Stalin fue el responsable de la matanza de más de 20,000 militares polacos durante la Il Guerra Mundial.
Tras estos éxitos, de dimensiones más bien simbólicas, los encuestados sitúan en tercer lugar la asociación de Polonia con la Unión Europea y la OTAN.
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