Bruce Springsteen lanza un disco 'Iiterario' con personajes marginales

El sueño americano es, para Bruce Springsteen, un mentiroso cuento infantil. El autor de Born in the USA vuelve con 12 canciones nuevas, que son 12 historias de desposeídos y marginados. The ghost of Tom Joad (El fantasma de Tom Joad) alude al personaje de la novela Las uvas de la ira, de Steinbeck, llevada al cine por John Ford. La voz de Springsteen, íntima y solitaria, da forma a un álbum exquisito y nostálgico que se pondrá a la venta el próximo día 16.

Es un álbum prácticamente acústico, aunque ambientado por momentos con pinceladas de bajo y batería. Springsteen ha dejado de lado su energía rockera para concentrarse en un distinto tipo de expresión, más oscura y amarga, con la que redondea una de sus mejores obras. El disco ha sido producido por el propio Springsteen y su habitual colaborador Chuck Plotkin y fue grabado este año en Los Angeles durante la primavera y verano.El título del álbum no es arbitrario. The ghost of Tom Joad tiene una unidad temática y musical. Son baladas casi desnudas, que enfatizan el carácter de despojamiento que ha querido transmitir. Anclado en raíces profundamente literarias, Tom Joad es el protagonista de la gran novela de la Depresión, de la emigración necesaria, de la pobreza, la explotación y la amargura. Junto a él nacen once personajes perfectamente delineados, que son un calco psicológico de aquél, llevado a nuestros días: ex presidiarios, veteranos de Vietnam en paro, chicanos, vagabundos, un ex militar... hombres con el corazón destrozado a causa de su pobreza. Y Springsteen ha querido convertirse en su voz.

"Hombres caminando por la vía del tren / Van hacia algún sitio, sin vuelta atrás / Los helicópteros de la policía estatal aparecen sobre la sierra / Comida caliente en una fogata bajo el puente / La cola de desamparados ante el refugio a la vuelta de la esquina / Bienvenidos al nuevo orden mundial", son las primeras frases del disco.

El éxito y la fama no han logrado trivializar su música y sus intenciones. Parece, por el contrario, que intenta situarse en el polo opuesto, y lo hace de una forma que no suena falsa ni oportunista.

Sin pertenecer a los malditos de la música actual, Bruce Springsteen ha procurado mantenerse cercano a sus orígenes de familia de clase obrera en Nueva Jersey. Hace apenas un mes apadrinó a Joe Grushecky, maestro de escuela y músico de su ciudad para el que compuso varios temas y produjo su disco, para aparecer luego cantando junto a él en una serie de pequeños clubes.

Para este nuevo trabajo ha vuelto a prescindir de la E Street Band, su grupo habitual con quien grabó su disco de grandes éxitos aparecido este año, con cuatro temas nuevos, en partícular el antibelicista Murder incorporated, que anticipaban ya el sentimiento que proyecta en The ghost of Tom Joad. A fin de este año tiene prevista una gira acústica por varios países europeos.