"El humor atenúa las miserias de la familia"
Rafael Azcona, amigo y maestro de David Trueba (Madrid, 1969), el autor de los, guiones de Amo tu cama rica, Los peores años de nuestra vida y, Two much, de su oscarizado hermano Fernando, suele decir que en lo que se equivocaron los soviéticos al hacer la revolución fue en no haber suprimido la familia, esa institución, ese espejo en donde se refleja el hombre. David Trueba traza en su primera novela, Abierto toda la noche (Anagrama), que anoche presentó en Barcelona, una tela de araña en donde se enredan padres, hijos, abuelos, amores y desamores." Si lo pienso no estoy tan seguro de que la familia sea espejo; es un lugar, eso sí, en donde se comparte todo. Yo he tenido mucha información por cosas que han vivido mis hermanos y no yo. La familia, en este sentido, la veo, más que como un espejo, como un conjunto de vías por donde confluye el conocimiento", asegura el más pequeño de ocho hermanos.
Conocido como guionista, publica ahora su primera novela, una historia que surge con vocación de ser libro y no guión. "En mi caso, la literatura fue antes, ya escribía y leía desde pequeño; el cine llega un poco después. Mi acercamiento al cine ha sido literario, por eso no quisiera hacer un desprecio del guión. Siempre digo que en la literatura española las dos más grandes voces que ha dado este siglo son Valle-Inclán y Rafael Azcona. Cuando Azcona sale de Logroño está claro que no quiere ser Faulkner; él encuentra su medio de expresión en el guión", afirma.
De Trueba es esa frase de la novela ("bueno", puntualiza, "lo dice un personaje") de que "los buenos libros tienen que hacerte daño, cambiarte la vida". ¿Sólo la literatura, o también el cine? "El cine también: los libros que te marcan, las películas que te cambian; unos y otros te abren una brecha, te sofácan".
La voz del amigo
Perteneciente a una familia numerosa, aunque sin abuelos que haya conocido, los Trueba, el autor ha derramado su, mirada tierna en otra familia, los Belitre. "No creas", se distancia, "me siento un poco de todos, incluso me identifico con ese, tipo acneico y horroroso [Basilio] que no está tan lejos de la realidad; pero me pongo más en la voz del amigo que cuenta porque así soy observador y no me implico con nadie". (Y queda claro además que Felisín, el mayor, con aficiones y frustraciones cinéfilas, no es su hermano Fernando: "El se fue de casa cuando yo tenía dos años y no tiene nada que ver con ese personaje miserable".Y todo contado con un humor inteligente y muy sutil. "El humor es la, única manera que tengo de enfrentarme al mundo. Si no utilizo el humor me siento ridículo, siento que me estoy tomando en serio, y odio a la gente que se toma en serio. El humor no sólo atenúa las miserias de la familia, sino que hace más llevadera la vida; es la distancia que pones entre tú y la realidad". Aunque tenga 25 años, esta novela está muy alejada del imperante estilo Kronen. En sus oídos no suena forzosamente Nirvana, aunque tenga sus músicas; y sus influencias las encuentra más atrás, en "escritores tan modernos como Ambrose Bierce o Mark Twain; me siento deudor de ese humor, de esos autores, aunque los cite con pudor". "De mi entorno", agrega, "me interesa gente como Vila-Matas, Martínez de Pisón o Bernardo Atxaga. Bernardo no tiene nada que ver con el estilo Kronen, no es especialmente moderno, pero lo que escribe Atxaga queda, y es lo que importa".
David Trueba no se siente más obsesionado por las imágenes que estos escritores, "lo que quiero es contar historias y no entrometerme demasiado, ser el observador: así que el punto de partida es el mismo, después viene la escritura que en la novela tiene una forma y en el guión otra". Lo que tiene claro es que esta novela no es fácil de adaptar al cine. En todo caso, que no cuenten con él. Él sólo ha escrito la novela.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.