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50 AÑOS DE NACIONES UNIDAS

Fidel Castro asegura en Harlem que Bill Clinton y el alcalde de Nueva York le tratan "como a un demonio'

A última hora de la tarde del domingo, Fidel Castro se quitó el traje de negocios con el que había comparecido en las Naciones Unidas y, en una entrevista televisada, recuperó la gorra y el traje militar," y se dirigió a pronunciar un discurso en una iglesia baptista del barrio de Harlem, al norte" de Manhattan. Allí repitió, en líneas generales, su mensaje de la mañana ante la Asamblea General, denunció el bloqueo y ridiculizó, para jolgorio de los 1.300 asistentes, el que ni el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, ni el presidente Clinton le hayan invitado a sus cosmopolitas fiestas de la cumbre. "Me tratan como a un demonio", dijo Castró."Éste es el 35º aniversario de mi primera visita a este barrio", dijo el líder cubano, "y lo increíble es que todavía me excluyen. Todavía me dejan fuera de todas las cenas, como si nada hubiera cambiado en todos estos años, como si todavía estuviéramos en los días de la guerra fría". Al presidente de Cuba le invitó a Harlem el reverendo Calvin Butts, de la Iglesia Baptista Abisinia de Harlem. Este famoso templo de la comunidad negra de Nueva York tiene un interés histórico ligado al nombre de Adam Clayton Powell, Jr., un pastor de la Iglesia que llegó a congresista e impulsó leyes para la igualdad de oportunidades en el empleo.

Las entradas para ver a Castro se habían repartido por las iglesias de la diócesis, y los 1.300 afortunados pasaron el domingo varias gueto, Castro había concedido horas haciendo cola para entrar. "Viene aquí porque esto es el pueblo, a este barrio no vienen ni los de esta ciudad", dijo Federico Martínez, un dominicano de Brooklyn mientras señalaba las desvencijadas escaleras de incendios y las ventanas cegadas con ladrillos de: las calles de Harlem.

La cola, se animaba periódicamente al canto de "¡Fidel sí, bloqueo no!"'. A la caída, de la noche, la llegada de una docena de manifestantes anticastristas estuvo a punto de provocar un altercado.En uno de los muchos bares de la zona, un borracho resumía así la siituación: "Esto es una movida socialista".

. El sector de la población negra de Harlem, que sabe quién es Castro, se identifica con su currículo antirracista. El reverendo Calvin Butits dijo en la iglesia que había invitado a Castro porque "es un visionario, un revolucionario que ha luchado por la libertad de toda la gente" . Antes de su excursión algueto ,Castro había concedido una entrevista en directo al periodista de la CNN Bernard Shaw también afroamericano. "Mira, Bernie, yo te lo voy a explicar para que tú lo entiendas", era la forma en que Castro iniciaba sus respuestas. El presidente descartó la idea de que fuera a reunirse con Clinton próximamente, y dijo que sólo puede hablar con los presidentes de EE UU "cuando ya no son presidentes". Se negó a hablar de su hija, Alina Fernández; dijo que no iba a extraditar al financiero norteamericano apresado en Cuba Robert Vesco, y denunció que EE UU ha hecho perder 40.000 millones de dólares (casi cinco billones de pesetas) a su país desde el comienzo del bloqueo económico.

"Castro viene a Harlem a discutir la verdad, no por ninguna intención de publicidad", aclaró el portador de una gran pancarta antibloqueo. Por la mañana se reunió con el Consejo de Relaciones Exteriores, un grupo conservador de empresarios.

Castro también visitó ayer el hotel de Harlem, convertido ahora en edificio de oficinas, al que se desplazó cuando le echaron del centro de Manhattan, en 1960. Fue el única momento en que pisó las calles del barrio. Su llegada a la Iglesia Abisinia estuvo rodeada de un impenetrable dispositivo policial. Desde que llegó a Nueva York, un grupo de anticastristas mantiene una firme protesta ante, la misión de Cuba en la ONU.

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