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El jefe antidroga argentino cesa por acusar a diputados de cocainómanos

Juan Jesús Aznárez

Las manifestaciones del secretario argentino de la Lucha contra el Narcotráfico, Alberto Lestelle, implicando a diputados en el con sumo de cocaína le costaron el puesto. Forzado por la unanimidad del Congreso en condenar a Lestelle, el presidente Carlos Me nem debió ceder y destituyó al funcionario. El escándalo siguió a la actuación de una mano venga tiva que hizo llegar a Radio Mitre las comprometedoras palabras del secretario en su comparencencia ante la Asociación Italiana de Socorros Mutuos. Estos son los términos en que se pronunció Lestelle, tampoco un alma de la caridad, a juzgar por los procesos abiertos en su contra: "Hay legisladores que de pronto están toda la noche dormitándose en su banca y de pronto explotan como una bomba con un discurso 'magnífico. Seguro que antes pasaron por el baño a darse un nariguetazo de cocaína". Estas declaraciones fueron efectuadas el 10 de agosto. Menem. resistió hasta el último momento las reclamaciones que insistían en la necesidad de destituir al funcionario, a quien pidió la renuncia después de la cerrada ofensiva del Congreso.

En su intervención ante la Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso , el secretario antidrogas, siempre altanero, ensayó una defensa que no convenció a sus airados fiscales: "Ratifico que la de la grabación es mi voz, pero, rectifico la intencionalidad que se le quiere dar a mis palabras. En nigún momento he hablado del Congreso de la nación, ni de legisladores provinciales o municipales, ni fue mi intención rozar a institución alguna".

Coimeros y faloperos

Nadie en el gubernamental Partido Justicialista, peronista, ni en la oposición salió en su defensa. Excitado, le increpó Carlos Chacho Álvarez, dirigente del Frepaso (Frente del País Solidario), coalición de centro- izquierda. "Usted causó un daño irreparable, producto de sus irresponsabilidades como funcionario. Ahora no sólo hay sospechas de que hay coimeros [diputados que aceptan o piden dinero para defender determinados proyectos de ley] en el Congreso, sino también faloperos [esnifadores]. Nadie puede creer que usted habló de un Parlamento galáctico".

Alberto Lestelle, casado, con dos hijos, llegó a la secretaría de la mano del gobernador de la provincia de Buenos Aires, el poderoso Eduardo Duhalde, y ha sido llevado varias veces a los tribunales en causas que finalmente fueron sobreseídas, pero cuya investigación demostró turbios manejos. El juez que investigaba el caso fue ascendido y su sustituto lo cerró. En noviembre e 1992, un arrepentido aseguró que el dimisionario le había enviado a Brasil para asesinar a un narcotraficante que sabía demasiado sobre actividades delictivas de funcionarios argentinos. También salió airoso al rechazar las imputaciones sobre el rápido incremento de su patrimonio: medio millón de dólares en 16 meses.

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