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Una sangría en medio de la escasez

Paco Nadal

Para muchos, el descenso del nivel freático en el subsuelo de la ciudad de Murcia no se debe sólo a la escasez de lluvias. Los 49 pozos que la empresa municipal de aguas, Emuasa, ha excavado para regar el césped de los jardines urbanos son una sangría innecesaria en la actual situación de sequía. Si a eso le sumamos que en la huerta circundante hay censados 1.300 pozos -más otros dos o tres mil ilegales- capaces de extraer 50 litros por segundo cada uno, se comprenderá que la capacidad del hombre por alterar el curso de la naturaleza es, en este caso, muy grande.En el otro lado de la disputa se sitúa, lógicamente, Emuasa.

Su director general, José Luis Hervás, insiste en que los pozos para regar jardines no tienen nada que ver. "Conocemos muy bien el terreno y hay dos acuíferos diferentes y no conectados. Nosotros obtenemos el agua -poca, unos 0,65 hectómetros cúbicos al año- del segundo, que se encuentra entre 30 y 50 metros de profundidad. Este acuífero se recarga con aportaciones del río y con infiltraciones de acuíferos laterales y no afecta para nada a las cimentaciones". Para Hervás, el riego de jardines es, incluso, beneficioso, "porque estamos sacando agua del nivel 2 y la que filtra después del riego va a recargar el maltrecho nivel 1, pero coincide en la valoración de los aparcamientos, "claro que influyen, porque drenan mucha agua. La solución estaría en volver a inyectarla al suelo mediante pozos de carga; pero no hay nada hecho en este sentido".

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