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Las críticas de los médicos del PP cercaron el miércoles a Rosa Posada

Javier Casqueiro

La consejera de Salud e Integración Social de la Comunidad de Madrid, Rosa Posada, del PP, compareció el miércoles pasado, y a petición propia, ante la Comisión de Estudios de Sanidad del PP en Madrid. No fue una sesión de trámite. Ni fácil. Un centenar de facultativos -médicos, farmacéuticos y veterinarios- militantes y afines al partido aprovecharon la cita para exigir explicaciones en tono muy crítico a la consejera sobre su polémica política de mantener a varios altos cargos nombrados por el anterior Ejecutivo socialista. La consejera dio todo tipo de explicaciones y anunció una reestructuración del organigrama de su departamento para el 19 de octubre: Sin embargo, algunos cambios ya los tenía apalabrados desde días antes. Finalmente saltó el domingo la destitución de José Luño (director de atención sanitaria), José Luis Martín Cantera (director de gestión), Emilio Cleofé (director de servicios generales) e Indalencio Monteagudo (subdirector médico) (veáse EL PAÍS de ayer). Posada aseguró ayer que la destitución de estos cuatro directivos nombrados por los socialistas y centro de las críticas que recibió, no había sido tal porque nunca habían sido "ratificados". También negó presiones del partido para forzar esas destituciones.Esta versión de Posada sobre su actitud "prudente" en la modificación de los mandos de la consejería, según recalcó, no había sido explicada hasta ahora de esta manera por el Gobierno regional. Desde la consejería se indicó ayer que había sido la prensa la que no había entendido bien este comportamiento, y apuntó: "Se están produciendo desde hace semanas intentos de capitalización e instrumentalización por parte de algunas personas y organizaciones. La realidad es más simple y no obedece a intentos de depuración".

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Sin embargo, hasta el presidente madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, respaldó en varias ocasiones las "ratificaciones" en puestos profesionales de varios cargos simpatizantes del PSOE en razón a su cualificado currículo, e incluso presumió de esta actitud no revanchista.

Posada delega en el nuevo gerente del Gregorio Marañón, Alfredo Macho, "como máximo responsable de la institución", la responsabilidad "de la elección de las personas que han de incorporarse al mismo".

Ruiz-Gallardón: "Ni hemos cedido ni cederemos a ningún tipo de presión". La mayoría de los presentes en el debate celebrado el miércoles en la sede del partido entre Rosa Posada y las bases médicas del PP califica el encuentro como "caliente" o cuando menos "incómodo". Los médicos del PP no entendían las razones por las cuale7s el nuevo equipo de la consejería no había apartado de sus cargos, tras las pasadas elecciones, a varios jefes de servicio y de departamento de la Consejería de Salud, y especialmente del hospital Gregorio Marañón. Algunos interpelaron a la consejera sobre si pensaba que en el PP no existen cuadros técnicos para rellenar esos puestos. Otro orador se extendió en leer un folletín médico (Sanifax) que se distribuye por el hospital y por la consejería, en el que se detallan las críticas más sectarias hacia los directivos ratificados por Posada. Acabó jaleado. Hubo intervenciones de médicos del PP que trabajan en el Gregorio Marañón que situaron a la consejera ante el dilema de una inminente rebelión en el hospital por su política, pero con ellos entre los rebeldes.Presiones del PP

Posada intentó convencer a los presentes -un centenar de los 170 miembros de la comisión- de la bondad de su estrategia. Es decir, renovar primero a los cargos políticos y efectuar el resto de la reestructuración poco a poco, sin traumas y obteniendo información de los profesionales descartados antes de su marcha. Luego, según el presidente de la comisión, el médico José Antonio García Fuentes, se habló de cómo se aplicará el programa sanitario del PP, pero ya en 1996. En la mesa de la citada comisión, junto a Posada, estuvieron García Fuentes, amigo y compañero de hospital de Enrique Fernández Miranda, el responsable de la política sanitaria del PP a nivel nacional y al que se achaca el acoso político a Posada, y Javier Rodríguez, diputado regional y candidato de ese sector del PP al puesto de consejero de Sanidad. Ellos no intervinieron en el debate.

Fuentes del PP, sin embargo, afirman que la consejera no es una persona "sensible" a las posibles presiones del partido. Aventuran que en este caso se ha dejado aconsejar por el gerente del hospital, Alfredo Macho, al que culpan de ejecutar ahora con cierta "inoportunidad" los cambios que quizá debían de haber esperado unos meses o haberse efectuado al principio. El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, declaró ayer a EL PAÍS: "Ni hemos cedido ni cederemos a ningún tipo de presión".

La consejera justifica además algunas de las destituciones por renuncias personales de los afectados o incluso por un mero ahorro de altos cargos. Afirma, por ejemplo, que el director de atención sanitaria, José Luño, militante socialista, le presentó hace un mes su dimisión y que entonces le pidió que aguantase en el cargo hasta encontrar a su sustituto. Así lo manifestó también Luño. Sin embargo, tanto el anterior consejero de Sanidad, Pedro Sabando, como su viceconsejero, Pedro García Blanco, ambos socialistas, señalaron ayer que Luño les había comentado que había sido ratificado varias veces por el nuevo equipo del PP.

García Blanco indicó que Luño le pidió consejo y que le contestó que mirase bien si era una confirmación de días o para toda la legislatura. Luño, según esta versión, habló con el viceconsejero del PP, Enrique Castellón, y obtuvo otro respaldo. El ex viceconsejero socialista comentó ayer que Castellón le justificó en persona la destitución a Emilio Cleofé, director de servicios generales, de la siguiente manera: "Hace unos días os he confirmado, pero ahora os tengo que cesar por presiones externas".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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