La abeja Maya como modelo nazi

Robert Menasse, el autor austriaco encargado de pronunciar el discurso inaugural. de la Feria del Libro de Francfort, optó ayer por hacer un repaso original sobre la relación de los libros con la historia, bajo el título La historia ha sido el mayor error histórico.Menasse, avanzadilla de un sinfín de actos que tendrán como eje la literatura austríaca (tema central de la feria), empezó advirtiendo que su experiencia en discursos literarios "es que siempre se espera que el escritor entre como un elefante en una cristalería". Menasse, sin embargo, quiso dejar claro que, hable a menudo de la muerte de la cultura aunque pata él los autores ni la literatura están en peligro, y la prueba la tenemos en esta feria".

"Es sorprendente cómo la gente tiende a creer que la lectura puede mejorarlo todo", comentó Menasse. "La lectura no hace que el mundo sea mejor, aunque es cierto que unas mejores condiciones de vida hacen de la lectura algo más inocente".

Para ilustrar sus palabras, Menasse se centró en un personaje muy popular, tanto a través de los libros como de la televisión: la abeja Maya, "uno de los libros más vendidos de la época nazi". Según Menasse, los nazis veían en este libro un personaje que encajaba con sus teorías de la raza: un pueblo productivo y noble, las abejas eran asediadas por unos parásitos improductivos, que los nazis comparaban con los judíos. De modo sorprendente, sin embargo, La abeja Maya se convirtió en un gran éxito porque los opositores al nazismo veían en él una metáfora de cómo un pueblo productivo se veía asediado por unos parásitos improductivos, la Gestapo.

Menasse que acabó explicando que la abeja Maya es hoy tan sólo un libro para niños, retrocedió hasta un rabino holandés del siglo XVI para concluir: "Lo que una vez ocurrió sigue siendo posible eternamente". El rabino en cuestión se refería a la expulsión de los judíos de España, pero Menasse dio a sus palabras una dimensión universal.

La inocencia y el fin de la historia fueron los ejes del discurso de Menasse, que concluyó con estas palabras: "¿Qué podemos hacer? No sé lo que podéis hacer vosotros. Haced lo que podáis. Lo que podemos hacer los autores es escribir. Nuestra escritura es un canto en voz alta en los bosques oscuros".