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Reportaje:

La coliflor de Karpechenco

Algunas plantas son apreciadas, por lo que dejan a la vista, y otras ocultan bajo tierra lo mejor que tienen. Molesto por estas deficiencias de la naturaleza, el biólogo ruso G. D. Karpechenco concibió en los años veinte la idea de hibridar rábanos y coliflores para obtener una planta de la que se pudieran aprovechar tanto las raíces como las flores. El resultado fue el predicho por la ley de Murphy: una planta con las flores del rábano y las raíces de la coliflor.Tras este glorioso arranque, no sorprende que la biotecnología haya centrado sus esfuerzos en otras especies. Pero la coliflor ha acabado saltando por donde nadie se la esperaba. Investigando en la planta Arabidopsis, un laboratorio estadounidense ha encontrado un mutante que, en lugar de flores, desarrolla unas estructuras enormemente parecidas a las coliflores.

Más información
La agricultura surgió en el neolítico con pocos genes mutados.

Del repollo silvestre

El experimento no es tan novedoso: los agricultores primitivos lo habían hecho ya cuando domesticaron las coles. La coliflor, el repollo, el bróccoli y las coles de bruselas proceden todas de la misma planta original, el repollo silvestre (Brassica olerácea), cuyas flores tienen un aspecto tan normal como poco apetitoso. Al menos algunas de las coles comestibles contienen la misma mutación que la Arabidopsis del experimento, lo que probablemente explica la transformación de sus flores en estructuras de interés gastronómico.Por el momento, nadie ha intentado introducir esa mutación en una planta de rábano. El experimento tendría pocas posibilidades de prosperar, pero le cabría al menos la virtud de reparar la memoria de Karpechenco, acaso el primer biólogo que cogió el rábano por las hojas.

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