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La oposición pedirá cuentas a González sobre su conversación con Santaella

La oposicion parlamentaria hará todo lo posible para que el Gobierno salga tocado de este asunto. En la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, el ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, será escuchado con atención, pero recibirá un aluvión de preguntas. ¿Por qué recibió González en La Moncloa al abogado de Mario Conde y Juan Alberto Perote? ¿Por qué el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, invitó a subir en su coche oficial al abogado y le llevó hasta la Presidencia del Gobierno? Estos dos interrogantes estarán previsiblemente entre los primeros, y de ellos se desgranarán otros muchos que inevitablemente conducirán a la oposición a pedir que Felipe González quien ofrezca personalmente las explicaciones.El Ejecutivo prevé introducir una cuña en la vertiente política de este turbio asunto aludiendo a la actitud del presidente del Partido Popular, José María Aznar. A la pregunta de por qué no denunció la existencia de presiones, si no ante los tribunales ya que la situación no era clara, al menos políticamente, los socialistas replicarán que también Aznar estuvo informado de la existencia de esas conversaciones. Aznar lo reconoció en una respuesta que provocó la hilaridad del Gobierno. El líder del PP dijo que "en Madrid se sabía" que las conversaciones se estaban produciendo.

Más información
El Gobierno centrará en Perote las explicaciones sobre la trama de chantaje

Con la claridad que caracteriza al presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y a su portavoz parlamentario, Iñaki Anasagasti, ambos no tienen inconveniente en afirmar que existe chantaje a las instituciones y, desde esa perspectiva, Anasagasti acude a la Comisión de Secretos Oficiales a escuchar "sin prejuicios" lo que el Gobierno tenga que decir. Después ya verán lo que hacen. También Coalición Canaria prefiere tener la información para tomar decisiones posteriores. El PP e Izquierda Unida ya dicen de antemano que hable González.

Todo se repite

Como esta situación ya se ha vivido antes, algunos grupos parlamentarios -y aquí se suma el PNV- consideran una pérdida de tiempo que se repita el forcejeo para que, al final, acuda González. Así ocurrió en julio cuando se desató el escándalo de las escuchas del Cesid. Hubo una reunión de la Comisión de Secretos Oficiales a la que acudió el entonces vicepresidente Narcís Serra. Después, un pleno, de nuevo con Serra. El griterío continuó y tuvo que ir González.

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