EE UU y Rusia no serán invitados a Barcelona

Estados Unidos y Rusia no serán invitados a la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, convocada para finales de noviembre y a la que tampoco acudirán los países del Este que aspiran a integrarse en la Unión Europea (UE), según reveló ayer el presidente francés Jacques Chirac. "Se trata de un acto político verdaderamente euro-mediterráneo y hay que ponerle un límite", afirmó.Francia, y también España, el país anfitrión, eran partidarios de que la convocatoria de la Ciudad Condal fuese lo más restringida posible para no restar eficacia a una reunión que deberá sentar las bases de una nueva relación entre la UE y sus 12 socios mediterráneos (Turquía, Chipre, Malta, Israel, Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Siria, Líbano, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina). A largo plazo, se trata de establecer una zona de libre comercio entre la Unión Europea y sus socios del Maré Nostrum.

A la cita de finales de noviembre deseaban asistir, al menos como invitados u observadores, un elevado número de países, entre los que figuraban EE UU, que pilota el proceso de paz en Oriente Próximo; Rusia, cuyas costas baña el mar Negro, y los aspirantes de Europa del Este al ingreso de la UE, ansiosos por estar asociados a todas las iniciativas del club al que desean adherirse.

Invitación a Mauritania

A todos se, les ha dicho que no. Chirac ha logrado, sin embargo, ofrecer un escaño en Barcelona a una ex colonia francesa que no linda con el Mediterráneo pero que forma parte del Magreb: Mauritaria. El presidente francés defendió la presencia de Mauritania "por sus relaciones con los países mediterráneos y por formar parte del Magreb". Otro país magrebí, Libia, no estará presente, aunque puede que esté representado a través de la delegación de la Liga Árabe. A varios Estados de la UE, el régimen del coronel Muamar el Gadafi les trae malos recuerdos por sus nexos con el terrorismo.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE deberán aprobar el 2 de octubre en Luxemburgo un documento que modifica ligeramente la posición comunitaria sobre el Mediterráneo. El nuevo texto asume en parte las aportaciones que este verano han realizado los países no comunitarios invitados a la Conferencia Euromediterránea.