Ajuste muy duro para unos Presupuestos que no cuentan con el apoyo inicial del Congreso
La economía crecerá un 3,4% y se crearán 300.000 empleos. Suben los impuestos especiales. Los intereses de la deuda crecen un 19% 40. Recorte de un 5% en la inversión pública
El Consejo de Ministros aprobó ayer los Presupuestos para 1996, pese a que las garantías de que salgan adelante son prácticamente nulas. El ajuste del gasto se extrema hasta el punto de que crece menos que la inflación sobre la base de un recorte del 10% en los ministerios, salvo Sanidad. Otras medidas de fondo, como la reducción. de los gastos fiscales o la. reforma de las pensiones, se han dfluido ante la falta de horizonte político. Por el contrario, los ingresos crecerán más que la economía. Un esfuerzo que, para el Gobierno, permitirá reducir los tipos de interés, crecer un 3,4% y crear 300.000 empleos.
El Gobierno ha terminado su trabajo. Ayer aprobó los Presupuestos del Estado para 1996 pese a que no cuenta con mayoría suficiente para que prosperen en Las Cortes. El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, insistió ayer en hacer "un llamamiento a la responsabilidad" de los distintos grupos políticos para que los apoyen porque "favorecen el empleo, apoyan a la economía productiva y reducen el déficit público". Si su voz clama en el desierto y no consigue convencer, habrá prórroga. "Perderemos un tiempo precioso", dijo. Solbes, si bien "el trabajo que hemos hecho no será perdido". El Gobierno, explicó, "tiene instrumentos para proseguir en la reducción del déficit", pase lo que pase. Los presupuestos aprobados ayer reflejan este clima de inestabilidad política. Las cuentas salen pero en base a un recorte puro y duro en los gastos de los ministerios y a un aumento de los ingresos por el mayor crecimiento económico, la subida de los impuestos especiales y 300.000 millones por privatizaciones. El gasto crece un 3,3%, por primera vez en muchos años por debajo de la previsión de inflación (3,5%), y los ingresos, un 8,3%, por encima del crecimiento nominal de la economía (7,3%). El déficit del Estado se reduce así en 607.400 millones de pesetas y pasa del 4,56% del PIB en 1995 al 3,44%, es decir, algo por debajo de lo previsto en el Programa de Convergencia (3,5%).Reformas aparcadas
Algunas de las reformas que se habían previsto a principios de año para atacar a fondo algunos desajustes estructurales del Presupuesto se han aparcado. Por ejemplo, una revisión de los gastos fiscales para reducir una partida que este año supone 2,2 billones de pesetas. Solbes explicó que "hemos preferido abordar las reformas de los impuestos desde un planteamiento global". Otro ejemplo, la reforma de las pensiones. "Hubiera sido mi deseo avanzar algo más en el Pacto de Toledo, pero los sindicatos han preferido una ley específica", dijo Solbes. "No hemos tirado la toalla", añadió, "pero algo podremos hacer si contásemos con un tiempo razonable en esta legislatura".
Hay, sin embargo, algunos cambios en estos Presupuestos. Por ejemplo, se aumenta la aportación del Estado a la Seguridad Social para financiar las pensiones. También está previsto realizar "un esfuerzo de supresión de organismos públicos". Las ayudas a las empresas públicas se recortan en un 10%.
El ministro no entró en muchos detalles sobre cómo queda todo lo demás; es decir, cómo se va a llevar a cabo el ajuste del gasto en los ministerios. Todos tendrán que reducir su presupuesto en una media del 10%, y las inversiones reales sufrirán un recorte del 5%. Sólo el Ministerio de Sanidad se salva de la quema y aumenta en torno a un 8%. Además, los intereses dé la deuda crecen en un 19% (555.200 millones de pesetas), un porcentaje mayor del previsto semanas atrás. Hay que afrontar también el gasto en pensiones -crecerán un 3,5% más siete décimas de compensación por la desviación de la inflación en 1995-, la subida para los funcionarios (3,5%), la deflactación de la tabla de retenciones y la tarifa del impuesto sobre la renta (3,5%) y la financiación autonómica y local.En ingresos, la única modificación normativa anunciada ayer consiste en subir los impuestos especiales en el mismo porcentaje que la inflación prevista para las gasolinas y por encima para el tabaco y el alcohol.
Aumento del consumo
A pesar de ser un presupuesto muy duro en términos de gasto, el Gobierno considera que está garantizado un mayor crecimiento de la economía. Según informó ayer Solbes, el producto interior bruto (PIB) aumentará un 3,4% en 1996, tres décimas más que este año. El consumo privado aumentará en torno al 3%, la inversión crecerá menos que este año y la aportación del sector exterior será negativa. La inflación pasará del 4,3% en 1995 (3,5% objetivo inicial del Gobierno) al 3,5% en 1996. El empleo seguirá aumentando y pasará de los 280.000 puestos previstos para 1995 a 300.000 el ano que viene, en medias anuales.
Los Presupuestos aprobados ayer se remitirán al Congreso a finales de la próxima semana y tendrán que pasar su primer examen en las enmiendas a la totalidad que se votarán a finales de octubre. CiU ha anunciado que los rechazará, actitud que fue nuevamente criticada ayer por Pedro Solbes. Los argumentos son los sabidos: no conocían los Presupuestos y hay razones sobre todo políticas.
El ministro, sin embargo, se mostró más flexible que días atrás en cuantoa la prórroga de la cesión del 15% del IRPF a las comunidades autónomas para 1996 de la que "soy plenamente partidario". Solbes anunció que convocará para primeros de octubre al Consejo de Política Fiscal y Financiera donde se adoptará una decisión al respecto.
El impuesto de la gasolina subirá el 3,5%, menos que los de alcohol y tabaco
El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, anunció ayer que la fiscalidad de la gasolina experimentará una subida igual a la inflación prevista (3,5%), mientras que los impuestos especiales sobre el alcohol y el tabaco subirán "por encima de la inflación". De esta forma, el litro de gasolina super, contando el efecto de esta subida sobre el impuesto especial más la repercusión sobre el IVA, costará unas tres pesetas más a partir del 1 de enero de 1996.La gasolina es una de las pocas fuentes de ingresos que no han agotado totalmente su capacidad recaudatoria. Todavía hay margen para aumentar la recaudación por combustibles, porque la fiscalidad europea es muy superior.
Un informe elaborado por el Ministerio de Industria y examinado por la Comisión Delegada para Asuntos Económicos afirmaba rotundamente entre sus conclusiones que "los precios de venta al público de gasolinas y gasóleos son sensiblemente inferiores [en España] a los de los países de la UE".
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