Juppé rompe la mayor promesa electoral de Chirac y anuncia una subida de impuestos

ENRIC GONZÁLEZ, "Sé muy bien que está de moda decir que la situación en que nos encontramos hoy nos impide bajar los impuestos e, incluso, que para algunos exige subirlos. Yo creo firmemente lo contrario". La frase fue pronunciada por Jacques Chirac dentro de su discurso programático del pasado 17 de febrero. Y añadía el hoy presidente de Francia: 'No se pueden reducir los déficit aumentando la presión fiscal". Su primer ministro, Alain Juppé, anunció ayer una subida de los impuestos directos e indirectos destinada a reducir los déficit, dentro de su proyecto de presupuesto para 1996.

El programa económico del candidato Chirac quedó reducido a la nada. El presupuesto fue mal acogido por la patronal y los sindicatos. El franco y la Bolsa de París bajaron ligeramente. Alain Juppé ya había preparado el terreno durante semanas, mostrando poco a poco las cartas de su riguroso presupuesto. No hubo sorpresas ayer, cuando presentó el proyecto de ley ante el Consejo de Ministros y, después, en un acto de gran significado político, ante sus grupos parlamentarios de la Asamblea Nacional y del Senado, reunidos en la Ciudad de la Ciencia de París.Los balladuristas, los liberales, los centristas y los tecnócratas como Raymond Barre, que por distintas razones acogían con frialdad el presupuesto, debieron recordar las promesas de Chirac conforme Juppé les informaba de sus planes- "Algunos dicen que sería ilusoria, o hasta peligrosa, una política que se propusiera, a la vez, bajar los impuestos, reducir los déficit y reforzar la solidaridad. Las apariencias, es cierto, les dan la razón: esos conservadores suelen ser los que simultáneamente han aumentado los impuestos, disparado los déficit y reducido el nivel de la cobertura social". Eso dijo Chirac el 7 de abril. Hace tres días, su primer ministro afirmó: "Lo que yo no sé hacer es reducir el déficit, aumentar el crédito y bajar los impuestos". Y añadió: "Nada sería más peligroso que hacer promesas demagógicas".

"El candidato Chirac hubiera votado en contra, de este presupuesto", ironizó el portavoz socialista François Hollande.

Aumento de los carburantes (2,7% para la gasolina, 4% para el gasóleo), subida del 3% en el precio, del tabaco, supresión de la desgravación fiscal para los seguros de vida y otros productos de ahorro, creación de un impuesto profesional del 0,35% sobre el valor añadido, ligero incremento del impuesto sobre grandes fortunas y alzas diversas del IVA componen la panoplia fiscal de Juppé para 1996. Por otra parte, se reduce el impuesto de sucesión sobre las empresas y se establecen primas para la contratación de parados de larga duración. Los sueldos de los funcionarios quedan congelados.

La prueba del presupuesto será crucial para Juppé, quien repitió ayer que no puede pensarse en 'una moderación de la presión fiscal antes de tres años, y admitió que sus medidas no serán populares. "Soy impermeable al escepticismo reinante", afirmó. Juppé se declaró "absolutamente persuadido de haber convencido" a los más de 700 diputados y senadores de la derecha, pese a las críticas previas. Les llamó a la unidad y les recordó que, "como jefe de la mayoría", tenía "la obligación de conducirles a la victoria" en las legislativas de 1998.