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Las 'domésticas' filipinas y la Cumbre de la Mujer

Gabriela Cañas

La delegación filipina en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer se felicitó públicamente por haber podido introducir en el documento menciones muy especiales sobre las mujeres migrantes que trabajan en el servicio doméstico, como es el caso de Sarah Balabagan. Antes de conocer la sentencia de muerte contra esta joven filipina, los 181 países participantes -a los que hay que sumar media docena de observadores- hablaron de la situación de desventaja que sufren millones de mujeres que viven del trabajo doméstico.Patricia Licuanan, jefa de la delegación filipina y presidenta del comité principal de la conferencia, destacó precisamente en el pleno final de la Conferencia la aprobación de los artículos relativos a estas mujeres, dada la gran cantidad de compatriotas que emigran de Filipinas y son empleadas de hogar. El reconocimiento de este trabajo se recoge en el artículo 156, que dice lo siguiente: "Las migrantes, especialmente las trabajadoras domésticas, contribuyen con sus remesas a la economía del país de donde provienen y, al mismo tiempo, contribuyen a la economía del país donde trabajan al hacerse cargo de la labor doméstica de las mujeres en ese país, lo cual permite a estas participar en el trabajo productivo".

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"Para Filipinas estos acuerdos son extremadamente importantes", dijo Patricia Licuanan ante el pleno de la ONU que cerró la Conferencia. "Como es importante y recibimos con satisfacción los artículos dedicados a las mujeres migrantes". Licuanan destacó la aprobación del párrafo que pide la introducción de medidas para la mejorar la situación de estas mujeres "mediante la flexibilización de las políticas migratorias rigurosas y restrictivas, el reconocimiento de las calificaciones y aptitudes de las mujeres que son inmigrantes legales y su integración plena en la fuerza del trabajo, y mediante la aplicación de otras medidas necesarias para la realización plena de los derechos humanos de las personas internamente desplazadas".

Como una auténtica premonición, Licuanan destacó aún un tercer artículo aprobado en la capital china y que trata precisamente de la violencia ejercida contra la mujer basada en el género y todas las formas de hostigamiento sexual, en el que se pide que los gobiernos afronten medidas urgentes para combatir y eliminar todas las formas de violencia contra la mujer en la vida privada y pública.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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