FiIipinas se moviliza para salvar a la joven condenada a muerte en Emiratos Árabes
El presidente Fidel Ramos enviará a tres ministros para ayudar a Sarah Balabagan
Filipinas se ha movilizado para intentar salvar a su joven compatriota, Sarah Balabagan, de 16 años, condenada a muerte en los Emiratos Árabes Unidos por asesinar a su jefe de 34 puñaladas. El presidente filipino, Fidel Ramos, ha anunciado que va a enviar una delegación del más alto nivel -tres ministros- con la orden de "hacer todo lo posible para salvarla". El tribunal que dictó la pena máxima, ya apelada, revocó una anterior sentencia que la exculpaba del asesinato por haber actuado en legítima defensa tras ser violada por su patrón, y la condenaba a siete años de cárcel.
La población filipina se ha estremecido con la noticia y el mensaje que Sarah Balabagan envió a través de una entrevista radiofónica, pidiendo a Fidel Ramos que impida que la pena de muerte que pesa sobre ella se haga efectiva: "Le pido al presidente Ramos que me ayude para salir pronto en libertad. Quiero volver a mi país. Solamente me defendí y espero que me ayuden. No puedo creer que me hayan sentenciado a muerte. Pensé que reducirían la pena. No quiero morir".A los Emiratos Árabes viajarán los ministros de Asuntos Exteriores, Domingo Siazon; Trabajo, José Brillantes, y del Ejecutivo, Rubén Torres. Les acompañará un ex juez musulmán del Tribunal Supremo, Abdelwahid Bidin. Fidel Ramos ha hecho saber que incluso se dirigirá personalmente al presidente de los Emiratos Árabes si no se revoca la sentencia a muerte.
Recurso en octubre
Entretanto, Mohammed al Amine, abogado defensor de la joven, que trabajaba como empleada de hogar, anunció ayer que ya ha apelado la sentencia. La vista del recurso ha sido fijado en principio para el 30 de octubre. Al Amine confía en que podrá convencer al nuevo tribunal de que Balabagan fue violada y trataba de evitar un segundo asedio. "Creo", dijo, "que Sarah tiene muchas posibilidades de ganar la causa". En junio, la joven filipina había sido condenada a siete años tras aceptarse que su patrón la había violado.En Filipinas, la indignación es mayúscula. Juan Ponce Enrile, miembro del Comité del Senado de Asuntos Exteriores, lanzó ayer una grave acusación: "Esta pobre muchacha ha sido llevada al patíbulo para proteger el honor de su jefe, al que acusaba de haberla violado". Otro senador, Ernesto Maceda, culpó a la propia Administración filipina del caso por haberle concedido el pasaporte a la joven para trabajar en el extranjero a pesar de ser menor de edad. Pidió que se abra inmediatamente una investigación contra los oficiales que firmaron el pasaporte.
Parece ser que la edad de la joven se falsificó de forma que apareciera en su pasaporte 11 años más de los que realmente tiene, lo que ha aprovechado el Ministerio de Justicia de los Emiratos Árabes Unidos para acusar a los medios de comunicación de distorsionar la edad de la joven y hacer ver que tiene 27. Sarah llevaba dos años en el país árabe.
La ejecución debe ser autorizada, en cualquier caso, por el presidente, Sheikh Zaid Bin Sultan al Nahayan.
El caso de Balabagan, uno de los 4,2 millones de filipinos que trabajan fuera de sus pais -80.000 en los Emiratos Árabes-, ha vuelto a crispar los ánimos de este país asiático de forma parecida a lo que sucedió el pasado mes de marzo, cuando otra compatriota, Flor Contemplación, fue ahorcada en Singapur acusada de doble asesinato.
El caso de Kuwait
Ha servido también para dar a conocer las extremas condiciones en que viven muchas fílipinas que trabajan como empleadas del hogar en los países del Golfo Pérsico, y que han sido comparadas a menudo con la esclavitud. Ayer mismo se supo que la Embajada de Filipinas en Kuwait repatrió el domingo a 55 jóvenes filipinas que trabajaban en el servicio doméstico tras haber denunciado que habían sufrido abusos de todo tipo de sus jefes. Éste ha sido el último cupo de un total de medio millar de filipinas que han vuelto a Manila desde principios de año. Las repatriaciones están financiadas por un acuerdo conjunto entre los Gobiernos de Kuwait y Filipinas que permitió superar una crisis que alcanzaba incluso dimensiones diplomáticas. En Kuwait, con una población de 1,8 millones de habitantes, trabajan en torno a 200.000 asiáticos en labores de servicio doméstico.Amnistía Internacional (Al) recordó ayer la violación de los derechos humanos en algunos de estos países. Un comunicado de esta organización humanitaria señalaba que 141 personas han sido ejecutadas en Arabia Saudí en los siete primeros meses de 1995; la mayoría eran de otros países, como Filipinas. En los Emiratos Árabes Unidos se ejecutó el año pasado a cinco personas, según Al.
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