"Nuestro encuentro ha sido perfecto"
Agustín Díaz-Yanes no hubiera dirigido su primera película si Victoria Abril le hubiera dicho que no al guión de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. La actriz le anunció que si ese guión no lo dirigía él, ella no lo hacía. El filme es el fruto de ocho años de amistad. "El encuentro ha sido perfecto", confesaron ayer. "Vi la película que Agustín quería hacer a las cuatro horas de conversación", dijo la actriz. A su lado, Díaz-Yanes afirmó: "Victoria tiene una cosa que muy pocas actrices tienen, y es que no actúa, sino que hace".Hace años, en una tertulia a la que asistían los dos, Agustín Díaz-Yanes le pasó el guión de Baton rouge. Éste fue el inicio de un viaje -Victoria Abril ha protagonizado tres de los cuatro guiones de Agustín Díaz-Yanes que se han llevado a la pantalla que ya ha llegado a su primer destino Nadie hablará de nosotras... "Esta película es el resultado y fruto de ocho años de conocernos. La película no tiene la factura de ópera prima, técnicamente hablando, ni tampoco emocional o psicológicamente. Yo tenía la sensación de que eso estaba ahí y la prueba es que yo vi la película que él quería hacer el primer día, no de rodaje, sino en las cuatro primeras horas que hablé con él. Me puse en estado gaseoso, ese estado en el que yo desaparezco y empiezo ya a filtrar lo que me interesa. Este proceso, que suele ser largo, lo conseguí en cuatro horas, y eso es muy raro", afirmó Abril, cuya eléctrica vestimenta contrastaba con el clasicismo de la decoración de la suite del hotel María Cristina.
Más sobrio, Díaz-Yanes afirma muy claramente: "No lo digo porque ella esté delante. Victoria es la mejor actriz europea y una de las mejores del mundo de su generación. Lo digo muy sinceramente. A Victoria yo la comparo en masculino con Al Pacino y Robert de Niro". Victoria Abril le interrumpe: "Es una película en estado de gracia. Por primera vez en mi vida he leído un guión,lo he metido en un cajón y no lo volví a sacar. El que lo sabía era él. He trabajado por ósmosis".
¿Es explosiva la mezcla de un director novel y una actriz consagrada? Se adelanta Díaz-Yanes: "Es casi indispensable. La inexperiencia que tú tienes te la cubre la actriz consagrada y los actores consagrados. Dirigir actores debe ser lo más difícil del mundo. Yo, como no he tenido que dirigirlos, no lo sé". Abril le contesta: "Dirigir es elegir y elegir es renunciar, y eso hay que saberlo, no confundirse". "En eso seguí lo que dicen los americanos, que cuando tú eliges a un actor ya tienes el 90% del personaje", añade el realizador. "Un director es el que le deja sin ninguna duda al actor y le responde a todas las preguntas. Agustín nos dio el primer día la llave maestra con la que abrir todas las puertas", sentencia Abril, tumbada en la cama decimonónica.
Sobre la regeneración moral y la búsqueda de la dignidad por parte de la mujer protagonista del filme, Gloria, Abril lo tiene más que claro: "No tuve nada más que entender algo evidente y con lo que estoy de acuerdo, que los pobres no son todos yonquis o delincuentes, que son príncipes que tienen que recuperar su reino. Gloria es una mujer feliz a la que la vida le da una corná, baja a los infiernos, empieza la película de rodillas mamándola por 5.000 y acaba de pie. Lo que dice esta película es que es mucho mejor vivir de pie. También cuenta lo jodido que es estar de rodillas; por eso hay cinco minutos de violencia, para que quede claro que es horrible. No es una violencia ni contemplativa ni gratuita, sino horrible". Díaz-Yanes no quiere añadir más. Lo que cuenta Victoria es exactamente el personaje que él creó y escribió para ella. Han jugado juntos a la suerte y han ganado.
Babelia
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