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GUERRA EN LOS BALCANES

Una granada alcanza la Embajada de EE UU en Moscú tras las acusaciones genocidio en Bosnia

Unos desconocidos dispararon ayer una granada contra la Embajada de EE UU en Moscú, a la que causaron escasos daños. Aunque se ignora la identidad de los atacantes y sus motivos, el incidente viene a reflejar el momento delicado de las relaciones Moscú-Washington y el aumento de la hostilidad entre la población hacia EE UU a causa de los bombardeos, calificados de genocidas por Moscú, de la OTAN contra los serbobosnios. Mientras tanto, los dirigentes de ambos países tratan de. aliviar la tensión que existe entre ellos debido al conflicto bosnio.

El disparo contra la Embajada de EE UU se produjo a las 14.25, hora peninsular española, aparentemente desde un automóvil que pasó frente a la sede diplomática, aunque según otra versión el atacante lanzó la granada desde la acera de enfrente, donde más tarde se halló el lanzagranadas utilizado, una máscara negra y un par de guantes. El proyectil, que penetró por una ventana del sexto piso e hizo impacto contra una enorme fotocopiadora, no causó heridos. La embajada fue inmediatamente evacuada, y rusos y norteamericanos reforzaron la protección del edificio. El ataque puede hacer entender a la Administración de EE UU que la irritación de Rusia por los bombardeos de la OTAN en Bosnia no es retórica.Mientras tanto, los presidentes ruso, Borís Yeltsin, y norteamericano, Bill Clinton, intercambiaron sendos mensajes con el fin "de acercar las posiciones" de ambos países en relación al conflicto bosnio. Así, el secretario de Estado adjunto, Strobe Talbott, llega hoy a Moscú para convencer a las autoridades rusas de que las diferencias sobre Bosnia no deben amenazar una relación estratégica fundamental para la seguridad de Europa.

El portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns, declaró, poco antes de la salida de Talbott, que ese viaje es una prueba de que EE UU se está to-mando las protestas rusas "muy en serio", ya seguró que el secretario de Estado adjunto intentará convencer a Rusia de que lo más duro de la campaña de bombardeos contra los serbios ya ha pasado y de que en el futuro Moscú será mejor informado sobre los planes militares de la OTAN en Bosnia.

Moscú filtró ayer a la agencia Itar-Tass el memorándum secreto alcanzado entre la OTAN y la ONU que dio paso a los bombardeos de la Alianza contra los serbobosnios. El texto señala que los ataques aéreos podrán continuar hasta la "eliminación" de toda amenaza de ataque a las denominadas zonas seguras.

No perder la cara

Estados Unidos no puede comprometerse por el momento a parar los bombardeos. Si la relación con Rusia es un punto capital de la política exterior norteamericana, la actuación en Bosnia es ahora también un apartado muy importante. Washington no puede perder la cara cediendo a las presiones de Moscú ni llevar la tensión con Rusia a un punto más delicado aún.

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El ministro de Exteriores ruso, Andréi Kózirev, se esforzó ayer por suavizar las últimas declaraciones de Yeltsin, el Parlamento y el Gobierno contra la OTAN al asegurar que Moscú continuará colaborando con los países occidentales en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto bosnio a pesar de estar categóricamente en contra de los bombardeos de los aviones aliados contra las posiciones serbias.

"Estamos en desacuerdo en el aspecto militar, pero actuamos juntos en la búsqueda de una solución política% manifestó Kózirev. "No queremos volver a un enfrentamiento total con Occidente, esto es algo que descarto completamente". Precisamente ayer, el canciller alemán, Helmut Kohl, aseguró que la afirmación rusa de que la OTAN está cometiendo un "genocidio" contra los serbios de Bosnia no tiene base y se debe a motivos internos.

Kózirev también trató de restar importancia a la advertencia de Yeltsin, hecha el viernes pasado, de que una expansión de la OTAN hacia el Este significaría una vuelta al pasado a la política de dos bloques. "Rusia no aspira a crear un bloque militar que se contraponga al mundo circundante", dijo, y subrayó que la colaboración militar entre los países de la CEI "no está dirigida contra nadie y tiene un carácter positivo".

Por otra parte, la OTAN está estudiando la posibilidad de crear una fuerza de paz en Bosnia que incluya la participación de tropas rusas y de los países islámicos. Las primeras conversa ciones para crear esta fuerza comenzaron ayer en Bruselas. El consejo de la Alianza Atlántica, encargado de dibujar la estrategia política. del organismo, llegó a un acuerdo para que sean a partir de ahora los responsables militares quienes planteen la posibilidad de crear esta fuerza pacificadora, con países no miembros, que podría sumar entre 15.000 y 18.000 soldados.

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