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ENSAYOS ATÓMICOS EN EL PACÍFICO SUR

Temor al rebrote de violencia en Tahití si siguen las pruebas

El temor a una nueva oleada de violencia en Papeete llevó ayer a unas 3.000 personas a las calles de la capital de Tahití. Los manifestantes temen que si Francia prosigue con su plan de experiencias nucleares en el atolón de Mururoa las calles de la colonia francesa pueden volver a ser pasto de las barricadas, el pillaje y las llamas. "Si una nueva bomba estalla, todo volverá a comen zar de nuevo", declaró el profesor Jean-Pierre Lebrun, una mezcla de francés y polinesio. "La gente está enferma y cansada de cortes de carreteras y de violencia, que es la única forma que ellos encuentran de expresar su opinión".Paul Ronciére, alto comisionado francés, ironizó ayer sobre la relación entre las manifestaciones y Ia política del Gobierno al que representa. "Las protestas comenzaron después de una huelga organizada en demanda de cambios específicos en cuestiones de trabajo que degeneraron hasta perder el control", dijo Ronciére.

El miércoles, un día después de la primera prueba francesa, los manifestantes lanzaron bombas incendiarias contra edificios gubernamentales y quemaron y saquearon numerosas tiendas. La terminal del aeropuerto y, más de 130 vehículos fueron pasto de las llamas. Ayer fueron detenidos 16 sindicalistas, a los que se les implica en la organización de esos disturbios.

La campaña sigue

La decisión del presidente francés, Jacques Chirac, de hacer oídos sordos a la protesta internacional contra su serie de experimentos nucleares ha seguido cebando la indignacíón internacional. En Tokio, centenares de personas expresaron ayer su rechazo ante la Embajada francesa en la capital de Japón.

La guerra verbal entre Tokio y París subió ayer unos decibelios tras la visita del ministro de Finanzas japonés, Masayoshi Takemura a Tahití para unirse a un acto contra las pruebas. Takemura calificó de "locura"la decisión de reanudar las experiencias precisamente cuando se cumple el 50º aniversario del ataque estadounidense con bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki, que causó 210.000 muertos.

La cuenca del Pacífico sigue siendo, lógicamente, el área donde la llama de las protestas se mantiene más viva. Desde Australia a Perú pasando por Chile y Filipinas, las manifestaciones se suceden. El Gobierno australiano señaló que Francia está comenzando a sentir la presión internacional a su obstinación, y el presidente filipino, Fidel Ramos, condenó la "sordera" francesa, ante el clamor mundial contra su política nuclear.

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