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El debate sobre Jerusalén este deja a Solana fuera del viaje de González

ENVIADO ESPECIALEl ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, ha preferido renunciar a viajar a Israel con el presidente Felipe Gónzalez antes que verse obligado a visitar la Casa de Oriente en Jerusalén, el edificio que simboliza la reivindicación palestina sobre la Ciudad Santa, e indisponer así al Gobierno de Israel. El primer ministro israelí, Isaac: Rabin, ha logrado gracias a sus presiones evitar que el jefe de la diplomacia española pise la sede de este ayuntamiento paralelo y ponga. con este gesto en entredicho la anexión de Jerusalén por Israel, no reconocida por la Unión Europea (UE).

González inicia hoy una gira a marchas forzadas por cuatro países de Oriente Próximo (Israel, Jordania, Siria y Líbano) y por el territorio autónomo palestino de Gaza, cumpliendo el mandato que, a instancias del canciller alemán, Helmut Kohl, los Quince le dieron en la cumbre europea de Cannes. El objetivo consiste en que la Unión Europea, primer donante de ayuda y cooperación, adquiera un mayor protagonismo político en el proceso de paz.Solana tenía previsto, en un principio, volar hoy por la tarde desde Santander, donde preside una reunión informal de sus homólogos de la UE, hasta Israel, adonde hubiese llegado un poco más tarde que González, pero lo ha. cancelado.

Jesús Atienza, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, asegura que la renuncia al viaje se debe a que ha de estar disponible por si se requiere su presencia para empujar la paz en Bosnia. Además, añade, Solana encabezará una troika comunitaria que viajará a la región el mes próximo e irá entonces a la Casa de Oriente, en la que ya estuvo en noviembre de 1993.

Tradición comunitaria

Tanto fuentes diplomáticas españolas como extranjeras aseguran que Solana no va a Jerusalén para no tener que acudir, como lo establece la tradición instaurada por la UE en 1992, a la Casa de Oriente para manifestar así su apoyo a las instituciones palestinas que aún permanecen en el sector oriental de la ciudad.

En círculos diplomáticos israelíes se palpaba ayer cierto alivio ante la cancelación con tanta más razón que las instituciones palestinas en Jerusalén este pasan por un momento delicado -tres de ellas estuvieron a punto de ser clausuradas el 27 de agosto- y "la presencia de Solana podría ser hasta contraproducente para su porvenir". Empañaría, además, la visita de González. La ministra sueca de Exteriores, Lena Hjelm-Wallen, se vio obligada a acortar una visita a Israel tras acudir a ese edificio emblemático.

La decisión de Solana supone, sin embargo, un cambio de actitud por parte del jefe de una diplomacia tradicionalmente considerada como proárabe. Esta inflexión de la política española empezó a notarse en junio, cuando el secretario de Estado de Cooperación, José Luis Dicenta, estuvo en Jerusalén, pero no pasó por la Casa d'Oriente.

Con esta política mas sensible a los intereses israelíes, la diplomacia española intenta seguir jugando un papel en el proceso de paz, que arrancó formalmente en Madrid en octubre de 1991, y garantizar el éxito de la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, en noviembre, según fuentes de Exteriores. Esta línea suscita, sin embargo, críticas, y algunos funcionarios no dudan en afirmar que "Solana se ha bajado los pantalones" ante Rabin.

Otro ejemplo de esta receptividad ante Israel es la audiencia que concederá hoy González a los familiares de seis militares israelíes desaparecidos en Líbano, que el Ministerio de Defensa de Israel cree que siguen con vida en Líbano. Las mujeres e hijos le pedirán que interceda ante los sirios y libaneses para aclarar su paradero.

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