El foro alternativo de Huerú finaliza con un balance desigual por la presión china

ENVIADA ESPECIAL, La lluvia ha aguado los últimos días del foro alternativo de ONG de la Conferencia Mundial sobre la Mujer. El cierre de ayer fue sencillamente una despedida, con menos festejo del esperado, de esos 26.000 participantes que la han convertido, según la ONU, en la reunión más amplia celebrada nunca. Durante 10 días, mujeres de todo el mundo han intercambiado en la localidad de Huerú sus datos e ideas en 302 reuniones de trabajo. Las severas limitaciones impuestas por las autoridades han convertido a esta ciudad en un foco de pequeños conflictos a los que la policía china ya se había acostumbrado.

Las pequeñas manifestaciones realizadas ayer fuera del recinto impuesto el primer día sólo movilizaron a los fotógrafos. Sin embargo, muchas participantes se lamentaban del trato recibido tanto por parte de la ONU como de China, desde que empezó el foro el pasado 30 de agosto. La obligación de celebrar un foro a más de una hora de camino de la conferencia oficial, en Pekín, la de hospedarse en esta ciudad o la de no realizar manifestaciones fuera de un colegio encorsetaron desde el primer día a las mujeres y algunos hombres aquí reunidos. Tanto que amenazaron con ponerle fin el pasado fin de semana.Poco a poco, las restricciones se fueron relajando, pero los problemas han persistido. Ayer mismo fue arrestado un equipo de televisión de Hong-Kong mientras hacia un reportaje sobre la entrega de un escrito con miles de firmas de protesta contra la violación de los derechos humanos en el mundo, incluida China.

"Debido a estas condiciones, hemos tenido muchos problemas de conexión con las otras ONG que participan en la conferencia oficial", decía la española Lucía Mazarrasal del Forum de Política Feminista. El Comité Central para los Derechos Humanos de la Mujer también hizo una dura crítica el último día: "Todos los Gobiernos y las Naciones Unidas comparten la responsabilidad de lo que ha ocurrido en Huerú".

Bailes y peleas

Pero otras mujeres consultadas se felicitaban por la experiencia de Huerú. "Hemos trabajado mucho y, además, nosotras las mujeres latinoamericanas y del Caribe terminamos siempre bailando", decía una guatemalteca. Otras han tenido peores experiencias. El jueves por la tarde, una pelea entre mujeres saharauis y marroquíes terminó con arañazos y alguna pequeña contusión.

La filipina Irene Santiago, portavoz del foro, anuncio que, tras la clausura, el comité organizador chino y el de la ONU valorarán los logros en aspectos como la defensa de los derechos humanos, ciencia, tecnología y medio ambiente. Santiago añadió que los avances son claros en los 20 años que han transcurrido desde la primera Conferencia de la Mujer, que se celebró en México.

Ayer, la ministra española Cristina Alberdi volvió a Huerú por tercera vez en uno de los más decididos respaldos oficiales al foro; al margen, claro está, del otorgado por Estados Unidos, cuya representante, Hillary Rodham Clinton, también celebró un mitin aquí, silenciado por las autoridades chinas.

Amnistía Internacional volvió a acaparar buena parte del protagonismo, igual que en los primeros días del foro. La organización pidió la liberación de varios presos de conciencia en el mundo. En el caso de China, solicitó la inmediata e incondicional liberación de la periodista Gao Yu, condenada a seis años de cárcel por supuesta filtración de secretos de Estado, y de la monja budista tibetana Phunt sog Nydron, condenada a 17 años de prisión por manifestarse en favor de la independencia de su país.

En la parte oficial, los desacuerdos siguen. A una semana del fin de la clausura de la cumbre, sólo se ha solucionado una décima parte de los 430 corchetes de la declaración que ha de salir de la reunión, informa Reuter.

Entre los temas más encendidos figura el. desacuerdo sobre la articulación de las tradiciones religiosas y los derechos humanos fundamentales.

China, ataca a EE UU

China quiso devolver ayer la bofetada de EE UU y criticó severamente la violación de los derechos humanos que sufren las mújeres norteamericanas. La agencia estatal de noticias difundió un largo informe con argumentos de este calibre: "Las mujeres norteamericanas lograron el voto 144 años después de la fundación de EE UU, mientras que las chinas lograron el sufragio con la misma fundación de la República Popular China en 1949". Y señalaba que el porcentaje de participación femenina en las consultas electorales es mucho más alto en China que en EE UU.

Mientras tanto, el alto comisario de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, José AyaIa-Lasso, criticó el escaso presupuesto de su departamento para tan ingente labor. "Necesitamos nuevos recursos, recursos efectivos para trabajar por los derechos humanos", dijo, según informa Reuter, y agregó: "Ahora tenemos 750.000 dólares por año (cien millones de pesetas). ¿Se imaginan mi trabajo con ese dinero?". Ayala-Lasso recibió ayer más de un millón de firmas de todo el mundo por la defensa de los derechos humanos.