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Panamá quiere que EE UU siga en la zona del canal después del año 2000

Antonio Caño

Aunque Omar Torrijos pueda estar retorciéndose en su tumba, el Gobierno de Panamá quiere ahora que EE UU deje tropas en la zona del canal después del primer día del próximo siglo, la fecha señalada por los acuerdos firmados por Jimmy Carter y el famoso general nacionalista para que Panamá recupere la plena soberanía en esa estratégica franja. El presidente panameño, Ernesto Pérez Balladares, que el miércoles se entrevistó con Bill Clinton y ayer con el secretario de Defensa norteamericano, WiIliam Perry, reconoció que se están estudiando planes prelíminares al respecto. Pérez Balladares aseguró que todavía no existe una decisión ni siquiera negociaciones formales. Extraoficialmente, fuentes panameñas han asegurado que si EE UU quiere dejar sus tropas en ese país a partir del año 2000 -lo cual es más que probable-, con toda seguridad contará con el permiso del Gobierno de Panamá para que pueda hacerlo.

Las encuestas reflejan que más del 70% de la población panameña quiere que las tropas norteamericanas se queden. Pérez Balladares, que fue amigo y colaborador de Torrijos y que pertenece al partido fundado por el general, explicó ayer que lo que el 70% de los panameños quiere es que no se pierdan los 16.000 puestos de trabajo relacionados con la presencia estadounidense. Toda la economía de Panamá, cuya moneda es el dólar norteamericano, está estrechamente ligada a la de EE UU.

Panamá fue, en realidad, arrancado a Colombia e inventado por Estados Unidos para poder construir un canal que uniese el Atlántico y el Pacífico. Desde entonces, la Administración norteamericana ha intervenido siempre decisivamente en los asuntos panameños. La última vez, en 1989, cuando el presidente George Bush invadió el país para detener al general Manuel Antonio Noriega, que cumple ahora una condena de cadena perpetua en una cárcel de Florida.

Actualmente quedan en la zona del canal algo menos de 10.000 soldados norteamericanos. El Comando Sur, que opera desde ese territorio, será trasladado a Miami en 1998. Pero Panamá quiere que, aunque el comando sea retirado, EE UU deje tropas para la vigilancia del canal, que en sí mismo no tiene hoy la misma importancia estratégica que hace unos años. Sin embargo, fuentes de la Administración norteamericana sí han destacado que la presencia militar en Panamá puede ser útil en la lucha contra el tráfico de drogas.

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