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El Benelux, dispuesto a negociar su perdida de poder en la Unión Europea

Xavier Vidal-Folch

La preparacón de la reforma del Tratado de Maastricht registro ayer un avance, todavía tímido pero trascendental si se consolida. Los representantes de los pequeños países en el Grupo de Reflexión, que desbroza la adaptación del tratado, se mostraron por primera vez dispuestos a negociar un aumento del peso del criterio de población en la toma de decisiones por mayoría cualificada en el Consejo. Esta flexibilidad de Bélgica, Holanda y Luxemburgo abre la vía para superar la tensión entre países pequeños y grandes.La ponderación del voto en el Consejo para las. decisiones que los Quince toman por mayoría cualificada es una de las más, espinosas asignaturas pendientes en la Unión Europea (UE). Con el sistema actual, el voto de un ciudadano luxemburgués equivale a más de seis votos de un alemán. El desequilibrio entre grandes y pequeños es tan chocante que si una Checoslovaquia unida se hubiera integrado, su Gobierno dispondría de cinco votos en el Consejo. Pero si la República Checa y Eslovaquia entran por separado, dispondrían de ocho (cuatro votos cada una), de no mediar una reforma.

Hasta ahora, los grandes beneficiados, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, se oponían al cambio argumentando que la ponderación de voto en el Consejo "debe inspirarse más en el principio de igualdad soberana de los Estados que en el factor población, que a su juicio ya se recoge adecuadamente en la representación de cada Estado en el Parlamento Europeo", como resume el Informe de etapa del presidente del grupo, Carlos Westendorp. También aducían que nunca los pequeños se han aliado contra los grandes.

Pero ayer fueron sensibles a la necesidad de reequilibrar la representación democrática de todos los ciudadanos de la Unión porque "una decisión eficaz no es aquella que resulta más fácil de adoptar, sino la que obtiene el mayor respaldo de los ciudadanos", y sobre todo "ante la perspectiva de la ampliación al Este", como explicó a este diario la representante del Par lamento Europeo, Elisabeth Guigou. Con la ampliación la mayoría cualificada podría alcanzarse sumando un número de votos de Estados que no re presentasen a la mayoría de la población europea, sino a una minoría.

"He percibido una apertura intelectual" del Benelux "a discutir" el cambio de ponderación, "lo que no significa que la acepten de entrada", afirmó Westendorp. Guigou fue más allá. Indicó que los pequeños negociarán reducir sus privilegios, a cambio, de que cada país conserve un comisario propio.

La otra patata caliente del día fue el empleo. Los socialdemócratas nórdicos, con apoyo alemán, apostaron por institucionalizar la política económica y la lucha contra el paro al mismo nivel que la política monetaria. Ventaja: hacer creíble que la gran prioridad de la UE es el empleo. Problema: a los países con muchos parados, como España, puede perjudicarles si se establecen mecanismos de sanción por exceso de parados o incumplimiento de los objetivos de reducción del desempleo.

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