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INTERVENCIÓN ALIADA EN LOS BALCANES

Los militares serbios de Bosnia se niegan a liberar a los tres observadores españoles

Los cinco observadores de la Unión Europea (UE), tres de ellos españoles, desaparecidos en Bosnia desde el miércoles estaban detenidos anoche en un cuartel próximo a Visegrado, junto a la frontera con Serbia, según comprobó este diario, que fue testigo de una conversación telefónica desde Belgrado con la ciudad bosnia. Los militares serbobosnios se niegan a liberar a los observadores, que habían obtenido ayer el salvoconducto de las autoridades civiles de Pale, capital de la autoproclamada república serbia de Bosnia, para abandonar el país.

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ENVIADO ESPECIALLos observadores comunitarios se encuentran en buen estado de salud, según aseguró uno de ellos, el comandante Zenón Luis Quintana, en llamada telefónica a la misión de la UE a Belgrado. Un consejero de la Embajada española en Belgrado, Diego Ruiz, se desplazó junto con un chófer a la frontera de Serbia con Bosnia para recoger a los observadores una vez que fueran liberados.Fuentes del Gobierno español se mostraron ayer convencidas de que la liberación de los cinco observadores no se produciría en las próximas horas y de que el retraso se debe al propósito de las autoridades de Pale de utilizarlos como baza en la negociación que el jefe de las tropas de la ONU en la antigua Yugoslavia, el general francés Bernard Janvier, mantiene con el jefe de las fuerzas serbobosnias Ratko MIadic.

La retención de cinco ciudadanos de tres países europeos (incluidos tres españoles, el pais que ejerce la presidencia de la UE en este momento) constituye un elemento objetivo de presión por parte de los serbobosnios, en opinión de las mismas fuentes, que no dan credibilidad a las supuestas discrepancias entre civiles y militares de Pale.

Las gestiones realizadas por los enviados españoles a Belgrado, el embajador Miguel Ángel Fernández Mazarambroz y el general Juan Martínez Esparza para intentar hablar con los retenidos tropezaron con las excusas serbobosnias, quienes alegaron problemas técnicos derivados de que supuestamente los bombardadeos de la OTAN habían dañado las comunicaciones.

El único contacto directo con los españoles se produjo entre las 9.30 y las 10.30 de la mañana de ayer, cuando el comandante Zenón Luis Quintana llamó a la misión de la UE en Belgrado y habló en inglés con un observador italiano, a quien dijo que se encontraban bien y que estaban en la ciudad serbobosnia de Visegrado. El jueves por la noche, Olga Medan, intérprete del grupo retenido, contactó telefónicamente desde Pale con la oficina de los observadores en Podgorica, capital de Montenegro, para interesarse por sus hijos. Aseguró entonces,que todos estaban bien y se disponían a emprender viaje de regreso.

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Rubalcaba pide prudencia

Tras el Consejo de Ministros, el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que los tres observadores españoles se encontraban "sanos y salvos en territorio serbobosnio", aunque subrayó la necesidad de mantener la máxima "prudencia".Rubalcaba reconoció que las autoridades españolas no habían conseguido contactar directamente con los observadores, pero agregó que "hay suficientes indicios razonables y fiables y hay fuentes convincentes para decir que nuestros conciudadanos están sanos y salvos".

A aquellas horas había ya pocas dudas de que los observadores no habían sido liberados, como difundieron las autoridades de Pale, sino simplemente trasladados a otro lugar.

Reaparecieron las dudas, los interrogantes y los temores. ¿Iban a ser liberados? ¿A través de qué ruta y hacia adónde?

El nerviosismo en las filas serbobosnias por los bombardeos de la OTAN y las fisuras entre civiles y militares pueden explicar el retraso en la puesta en libertad de observadores comunitarios. Éstos habían salido de Pale con un salvoconducto expedido por las autoridades civiles. Fueron las fuerzas militares serbias de Bosnia quienes horas después les impidieron cruzar la frontera con Serbia y les trasladaron en un microbús al cuartel de Visegrado.

El general Ratko MIadic, máximo jefe en la cúpula militar serbobosnia, anduvo ayer muy ocupado con las entrevistas mantenidas con los generales de la ONU sobre el terreno. Desde que Miroslav Toholj, ministro de Información de la autoproclamada república serbia de Bosnia, presentó a las siete de la tarde del jueves imágenes en la televisión de los observadores desaparecidos sanos y salvos y anunció que ya habían abandonado el territorio serbobosnio se sucedieron los rumores, desmentidos e informaciones contradictorias, en medio del hermetismo de las autoridades serbias, tanto las de Pale como las de Belgrado.

En esta situación, las informaciones más fiables indicaban que los observadores serían trasladados a Belgrado desde territorio serbobosnio. Avanzaban las horas y era imposible obtener confirmación oficial alguna del estado y la localización de los delegados de la UE. Fue una noche larga y de nervios.

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