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Los 'segurosos' controlan obsesivamente a los músicos cubanos de gira por España

Los Agentes de la Seguridad Nacional obligan a los artistas al mutismo político

España respira aire habanero este verano. Cientos de músicos cubanos se buscan la vida por estos pagos a causa de la pertinaz crisis económica que ha dejado sin trabajo a la mayoría de ellos. De los cerca de 15.000 intérpretes e instrumentistas que hay en Cuba sólo una docena de grupos actúa de forma estable en su patria. Los demás tienen que buscarse la vida fuera. En muchos casos, van acompañados en sus giras por un seguroso, agente de la Seguridad Nacional disfrazado de funcionario cultural. Los artistas están sometidos a control obsesivo y burocracia patológica.

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Este anacronismo totalitario provoca rubor y crispación en intelectuales, empresarios y representantes artísticos españoles, algunos de los cuales simpatizan con la revolución castrista. Un agente de espectáculos muy relacionado desde hace tiempo con los ambientes cubanos comenta: "Castro va abriendo la manga en muchas cosas, pero da la impresión de que la cultura está secuestrada por los burócratas. El régimen considera que quien sale al extranjero está expuesto a la contaminación capitalista". Quien se zafa del control y vuela a su aire corre diversos riesgos, incluso si es diputado de la Asamblea Nacional, como Pablo Milanés. En realidad, la fundación que lleva el nombre del cantante fue disuelta el pasado mes de junio porque sus actividades escapaban al control del Ministerio de Cultura.

Silencios

A pesar del carácter comunicativo y alegre de los caribeños, la mayoría de estos artistas optan por el silencio cuando se les pregunta por la situación política de su país. Ni una broma, ni un chiste. Nada. De todo lo demás hablan con fluidez y gran sentido del humor. Este clamoroso mutismo tiene una explicación: cualquier palabra o insinuación puede ser interpretada fuera de contexto y utilizada en su contra. La sinceridad se puede saldar con diversos inconvenientes al volver a La Habana. Por este motivo, sólo se manifiestan relajadamente en conversiones muy privadas y ante personas de absoluta confianza.Nadie quiere que su nombre se cite, ni siquiera los que residen en España hace años. M. N., un artista que no pertenece a los círculos musicales, vive y trabaja desde 1991 en una ciudad andaluza. No comparte las ideologías de sus compatriotas de la facción-Miami. Su testimonio es elocuente: "Yo fui durante siete años seguroso. Informaba al Gobierno sobre los movimientos y actitudes de los artistas en el extranjero. Con respecto a los músicos, muchas veces el agente de seguridad está infiltrado en la orquesta. Nadie sabe a ciencia cierta quién es, pero se sabe que está, que escucha siempre. Esto es causa de frecuentes recelos y desconfianza entre ellos. El desfase del régimen castrista en estas cuestiones es lamentable, incluso hortera".

Un instrumentista, en gira por España este verano, habla del asunto con humor: "Esto parece una película de espías. Tienes que andar alerta a todas horas, especialmente de madrugada, cuando termina la actuación. Te pones un poco alegre, alguien te pregunta y hablas más de lo debido. Entonces, para eludir indiscreciones, optamos por agarrar el instrumento y ponemos a interpretar, que es lo que nos gusta y lo que sabemos".

No es fácil saber la cifra exacta de músicos cubanos en nuestro país, pero su presencia es contundente. Están en todas partes: del rock a la canción de autor, pasando por la clásica, el jazz, el pop, el flamenco y las vanguardias. Alina Puig, funcionaria del ministerio cubano de Cultura (y supervisora de la gira española de Segundo Compay Y Sus Muchachos) calcula que pueden ser más de 1.500, entre residentes y transeúntes. Madrid, Barcelona, Galicia y Canarias acogen a la mayoría. Prácticamente todos son contratados alguna vez en El Malecón, una gosadera (bar, música, baile) de Vigo, minuciosamente decorada como un rincón del puerto de La Habana. Por allí han pasado los Van Van, NG La Banda, Irakere, Gema y Pavel, Anacaona, La Charanga Habanera, Compay Segundo y Sus Muchachos, Omara Portuondo, La Vieja Trova Santiaguera, y otras muchas bandas, orquestas y solistas.

El dúo Gema y Pavel llegaron a España hace cuatro años con un grupo de teatro. Terminada la gira, decidieron quedarse aquí para desarrollar su actividad musical. Han actuado por todo el país y han editado esta temporada su primer disco, saludado efusivamente, por crítica y público. Al mismo tiempo, acaban de realizar la producción artística del primer álbum español de su compatriota Omara Portuondo. Este verano decidieron viajar a la isla porque añoraban a su tierra y a su gente. Pero habían omitido desde hace tiempo los desfasados trámites policiales a que están sometidos los cubanos en el extranjero. Al llegar a La Habana, fueron retenidos 24 horas en el aeropuerto, ante el estupor y las lágrimas de sus familiares. Para solucionar la bochornosa situación, hubo de intervenir el propio ministro de Cultura, Armando Hart.

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