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Mladic exige el desarme de Gorazde mientras continúa el éxodo desde Zepa

Juan Carlos Sanz

Mientras planea sobre las fuerzas de los serbios de Bosnia la amenaza de los ataques aéreos de la OTAN, los hombres del general Ratko MIadic se afanan en embarcar a los aterrorizados refugiados de Zepa en autobuses. Al mediodía de ayer habían abandonado el enclave oriental bosnio unas 4.500 personas, escoltadas por la Cruz Roja y los cascos azules. [Un soldado francés resultó anoche ligeramente herido en un ataque de las fuerzas serbobosnias contra un puesto de observación de la ONU al sur de Sarajevo, informa Reuter.]. Los efectivos de las Naciones Unidas mantienen abierta la vía directa de evacuación de heridos al hospital de1a capital bosnia. MIadic apareció en unas imágenes de la televisión serbia despidiendo a los refugiados en uno de los autobuses. "Soy el general Mladic. No tienen nada que temer", les espetó mientras las mujeres, ancianos y niños le observaban aturdidos. Los hombres parecen no confiar en las promesas del general y continúan ocultos entre las boscosas colinas de Zepa, donde estaban confinados más de 15.000 refugiados. Una delegación de la Cruz Roja pudo visitar ayer por primera vez a los milicianos bosnios detenidos tras la rendición de Srebrenica.Los responsables de las Naciones Unidas han destacado, sin embargo, que la evacuación de Zepa dista mucho de parecerse a los horrores que siguieron a la caída de Srebrenica."Es una limpieza étnica, pero podemos controlar lo que sucede", aseguró un portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).MIadic anunció ayer a través de la cadena de televisión CNN que no atacará el enclave de Gorazde, defendido por 10.000 soldados de Sarajevo y con 400 cascos azules británicos y ucranios al cuidado de la población civil. El general serbobosnio aseguró que no le importaban las amenazas de la OTAN, que ha comprometido su fuerza aérea en la defensa del enclave, pero se atrevió a exigir el desarme de la zona protegida para prevenir "los ataques musulmanes" contra sus tropas. ç

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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