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CONFLICTO EN LA SANIDAD PÚBLICA

Los médicos se sienten frustrados y dicen que la CESM les ha vendido como en la huelga del 87

Sanchez Harguindey reconoce que la solución no ha sido la óptima, pero sí "satisfactoría"

"Frustración absoluta". Con esta frase se despachaba uno de los médicos que ayer se encargó de dar la réplica al representante de la CESM, Luis Sánchez Harguindey, en su empeño de vender como un triunfo el acuerdo reciente con el Insalud. Ocurrió en la última asamblea inducida por la pasada huelga en el hospital Clínico San Carlos de Madrid, considerado la trinchera mejor fortificada del sindicato profesional. El mismo ambiente se respiraba en cada uno de los macrohospitales madrileños. En La Paz, uno de los centros más madrugadores en destapar la caja de los truenos, se decidió el pasado lunes elevar una carta de protesta al sindicato negociador, con la intención de someterla a las asambleas de los diferentes hospitales de Madrid.El clima de las muy diezmadas asambleas, a causa de las vacaciones estivales, era de un desánimo generalizado que el doctor, Fernando Pinillos del hospital Clínico intentó resumir en una única sentencia: "Tengo una sensación semejante a la de 1987. La frase, que arrancó la única ovación de la concurrencia, se refería a la huelga anterior, de tres meses, que protagonizaron los médicos especialistas. Entonces, dos de los acuerdos que pactó la CESM, sin consultar, fueron los complementos de productividad y de exclusividad. Una pareja de apartados salariales conflictivos, que se han llevado gran parte de las críticas en el paro apenas concluido, por ser considerados injustos y mal distribuidos.

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Pinillos dedicó toda su intervención a tachar de "vendidos" y "manipuladores" a sus representantes en la mesa negociadora. Harguindey, por su parte, defendió que la reivindicación más importante que ha mantenido en pie de guerra a los facultativos durante 48 días sí ha quedado contemplada: "Los médicos gestionarán los recursos de los hospitales". Sobre el aumento retributivo que desde un principio se mantuvo como una cláusula innegociable (100.000 pesetas en tres años), el representante sindical reconoció que se había terminado por ceder: "La negociación no ha sido óptima en los logros obtenidos; sin embargo, sí ha sido satisfactoria". El texto firmado el sábado contempla una subida fija de 38.000 pesetas y una estimada de 22.000 por participación de objetivos (ahorro en fármacos y aumento de productividad) hasta 1996.

Ta interpretación que ofreció José Antonio Gutiérrez Fuentes, miembro del comité de huelga del hospital, tampoco resultaba especialmente condescendiente con las palabras de Harguindey: "El resultado es que la Administración no ha cedido nada. Nos van a dar lo que nosotros consigamos ahorrar". La conclusión más repetida se resumía en que lo único arrancado al Insalud es 8.000 pesetas. Las 30.000 primeras ya estaban en los presupuestos del 95 y el resto depende del trabajo de los médicos.

"Estamos decepcionados. Lo acordado para 1996 no tiene nada que ver con las razones por las que se inició la huelga", apuntó desde el hospital La Paz Ramón Denia, uno de los portavoces de la asamblea. "Se trataba de conseguir la homologación de nuestros sueldos con los de otras comunidades autónomas. Creemos que la CESM ha cedido demasiado", añadió. La CESM, por su parte, afirmó ayer en un comunicado que mantendrá reuniones con los partidos políticos y consumidores para explicarles el contenido del acuerdo.

Manuel Alonso Vidal, otro de los miembros del comité de La Paz, opinaba en el mismo sentido: "Participar en el ahorro y en la gestión está muy bien, pero si se está previamente incentivado. Este conflicto se ha cerrado en falso. Puede ser un germen que rebrote o puede ser la puntilla definitiva para nosotros".

El descontento de muchos facultativos, "la mayoría", según reconocen incluso los que se muestran conformes con el resultado de la negociación, era también patente esta semana en el Hospital Doce de Octubre, donde hoy se celebra una asamblea informativa. "Tendremos que seguir haciendo peonadas y trabajando en la medicina privada para poder vivir con dignidad", afirmaba un radiólogo de este hospital.

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