La Escuela de Cine despierta en el mes de septiembre tras veinte años de letargo
Tras más de dos décadas de la desaparición de su mítica predecesora, y con cuatro meses de retraso desde la fecha prevista para su apertura, se presenta hoy oficial mente en Madrid la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad. El proyecto, enfocado para crear profesionales del cine y subvencionado por la Sociedad General de Autores (SGAE), la Academia de Cine, la Comunidad y la empresa privada de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), tiene previsto abrir sus puertas el próximo mes de septiembre.
El pasado 14 de noviembre, las tres entidades públicas -Comunidad de Madrid, SGAE y la Academia de Cine- presentaron en la sede del Gobierno Regional el proyecto de la Escuela de Cine. Al patronato, compuesto por las tres entidades encargadas de gestionar la Escuela -creada previo acuerdo del 27 de octubre de 1 año pasado-, se sumó desde principios de este año la empresa privada de gestión de Productores EGEDA.Hoy, el patronato de los representantes de las cuatro entidades gestoras y administradoras a partes iguales en un 25%, presenta de nuevo la Escuela de Cine en la sede de la Sociedad General de Autores en Madrid. Un acto al que asistirán el director de la Escuela Fernando Méndez Leite y el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón.
La nueva escuela, que cuenta con un presupuesto de 170 millones de pesetas, estará financiada por las cuatro entidades y su presupuesto completado por las matrículas de los 50 alumnos seleccionados. Su apertura, que estaba prevista para el pasado mes de marzo, tendrá lugar ahora en septiembre y estará instalada provisionalmente en la sede del Instituto Madrileño de Formación (IMAF), hasta su definitivo asentamiento en la Ciudad de Imagen de Pozuelo.
Cantera de profesionales
La creación de la Escuela de Cine responde a la necesidad de todos los profesionales y organizaciones del sector cinematográfico de contar con un centro de alto nivel para profesionales capaces de desarrollar proyectos de calidad. Cuenta con siete especialidades: guión, dirección, producción, fotografía, montaje, sonido y dirección artística, y además, con la colaboración de expertos relacionados con el mundo del cine.Los 50 alumnos seleccionados cursarán estudios de cinematografía, previo pago de medio millón de pesetas, cantidad que varía para los que han obtenido becas. Tras el primer año de preparación se someterán a un examen para acceder a un segundo de perfeccionamiento. Estos 50 alumnos -seleccionados entre 650 candidatos- han superado tres pruebas: un examen de cultura general, el comentario de una película (El diablo dijo no, de Ernst Lubitsch) y una entrevista.
Dentro de un año y medio, según Méndez Leite, este centro se instalará definitivamente en el Centro de Formación de Tecnologías Audiovisuales, un proyecto promovido por la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, con 1.000 millones de pesetas de presupuesto y con sede en la futura Ciudad de la Imagen, un proyecto de ciudad audiovisual -aún en construcción- asentado sobre cerca de un millón de metros cuadrados en Pozuelo de Alarcón.
Uno de los deseos de la creación de la nueva escuela es cubrir la demanda de profesionalización cinematográfica que ofrecía la ya mítica Escuela Oficial de Cine (EOC).
La antigua escuela tenía su sede en la calle de Génova, y más tarde, en el actual Instituto Oficial de Radio y Televisión (IORTVE), en la Dehesa de la Villa. Contaba con una preparación de tres años de duración y se conocía popularmente como el nido de rojos.
El pretexto legal de su cierre fue la creación de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, que en su plan de estudios comenzó a abarcar la rama de imagen. Pero en realidad la EOC estaba de antemano condenada a desparecer, desde que Manuel Fraga Iribarne abandonó el Ministerio de Información y Turismo, del que entonces dependía la Escuela.
En la EOC se comentaban las últimas tendencias y se proyectaban películas por entonces censuradas, pero, sobre todo, se recuerda por ser un hervidero de cineastas españoles de la que proceden gran parte de los que hoy están en candelero.
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