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Cinco emigrantes en espera de expulsión se suicidan en un año en cárceles alemanas

Por lo me nos cinco extranjeros se suicidaron y otros nueve lo intentaron mientras permanecían en cárceles alemanas a la espera del cumplimiento de las órdenes de expulsión, tras haberles sido denegado el asilo político. Estos datos se reflejan en una respuesta del Gobierno federal a una pregunta, del grupo parlamentario del poscomunista Partido del Socialismo Democrático (PDS). La cifra puede ser más elevada, porque los datos del Gobierno se refieren sólo a 10 de los 16 Estados federados. No se ha facilitado información sobre la nacionalidad de los muertos.Al mismo tiempo, el Gobierno federal alemán acaba de firmar en Berlín un convenio con el de Vietnam para conseguir la repatriación de 40.000 vietnamitas que residen ilegalmente en Alemania. La salida de los vietnamitas se realizará por cuotas hasta llegar a un total de 40.000 en el año 2000.

La firma de este acuerdo supone un alivio importante para el Gobierno alemán, que contempla con preocupación la creciente criminalidad entre bandas de vietnamitas que actúan sobre todo en Berlín y en el territorio de la antigua República Democrática Alemana. Muchos de los vietnamitas ilegales se dedican sobre todo a actividades delictivas relacionadas con la venta de tabaco de contrabando. En varías ocasiones, las guerras entre bandas provocaron muertos como consecuencia de ajustes de cuentas.

El problema de los inmigrantes se encuentra siempre presente en Alemania, adonde muchos acudían atraídos tanto por la legislación liberal de asilo, como por la fascinación que ejercía el poderío económico del país. Tras. la reforma de la Constitución, con el beneplácito de la oposición socialdemócrata (SPD), el derecho de asilo se aplica en Alemania de forma más restrictiva. En algunos casos, como los cinco registrados desde hace un año, la desesperación y el miedo ante la expulsión lleva a los frustrados inmigrantes a quitarse la vida en la cárcel, porque prefieren morir a volver a sus países de origen.

Tragedia personal

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Detrás de estas frías cifras se ocultan tragedias personales, como la que relataba en toda su amplitud el pasado 5 de abril el periódico liberal de Munichd deutsche Zeitung con el título El suicidio del preso número 1.016/94. Bajo ese número se en contraba un ser humano: Abiyu Tilaye, un ingeniero de las líneas aéreas de Etiopía que llegó a Alemania en abril del año pasado junto, con su mujer para huir de la persecución policial y los malos tratos sufridos por su actividad política. Tras una serie de trámites desesperantes, Tilaye quedó preso en espera de su expulsión. Ante el temor de volver a Etiopía, se ahorcó en la celda con las tiras de su camisa. Su mujer ni siquiera pudo ver el cadáver y lo único que recibió fue una .caja de cartón con las pertenencias de su marido, incluidos los restos de la camisa que le sirvió para poner fin a su vida.

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