Washington, París y Londres acuerdan responder a la ofensiva serbia con bombardeos aéreos
Las principales potencias implicadas en la antigua Yugoslavia acuden hoy a Londres convencidas de que es hora de trazar en Bosnia una línea roja que los serbobosnios no deben franquear. Se abre camino la idea, expuesta ayer por el secretario de Defensa de EE UU, William Perry, de amenazar a los serbobosnios con bombardeos aéreos masivos si prosiguen con su agresión y atacan Gorazde. La Casa Blanca informó anoche de que Bill Clinton había hablado por teléfono con Jacques Chirac y este último se mostró de acuerdo con. la propuesta estadounidense de ataques aéreos sobre Bosnia. Chirac respondió a Clinton que Francia estaba "dispuesta a aceptar" la propuesta de Estados Unidos.
El primer ministro británico, John Major, ha convocado hoy una reunión de los ministros de Exteriores, de Defensa y de los jefes de Estado Mayor de los miembros del Grupo de Contacto -EE UU, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania, de la presidencia española de la Unión Europea (UE), así como de Ucrania, Holanda, Canadá y Bangladesh, países con importantes contingentes en Bosnia, y de Italia. También estará presente el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, y los mediadores Carl Bildt, por la UE, y Thorvald Stoltenberg, por la ONU.Tras entrevistarse ayer en Granada con su colega italiana, Susanna Agnelli, y con el titular francés de Asuntos Europeos, Michel Bamier, el jefe de la diplomacia española, Javier Solana, se esforzó en demostrar que la reunión prevista hoy en Londres será diferente a las anteriores.
El objetivo es, según Solana, "trazar una línea" de retroceso de la ONU "que no se debería pasar, en defensa de Gorazde y Sarajevo", pero rehusó explicar cómo y con qué medios. "No quiero comprometerme, ya que ejerzo la presidencia de la UE", contestó echando balones fuera. Otra meta que se fijarán los asistentes consistirá en reabrir, por las buenas o por las malas, la carretera que, a través del monte Igman, permite abastecer a Sarajevo.
.Los invitados acuden a Londres, según Solana, "sin que haya diferencias fundamentales, pero sí dificultades para que algunos puntos se puedan perfilar". Junto con el titular británico de Defensa, Michael Portillo, todos los aliados creen que ha llegado la hora de tomar decisiones".
Tras la caída de Zepa y Srebrenica, Gorazde es la única y la más importante zona protegida por la ONU en el Este de Bosnia. Cerca de un centenar de cascos azules ucranios y 280 británicos están desplegados en esa ciudad de 60.000 habitantes amenazada por las fuerzas serbobosnias. Si éstas la acaban conquistando, la ONU perderá la escasa credibilidad que aún le queda.
Para defender Gorazde se afianza la idea de utilizar masivamente la aviación de la OTAN, que hasta ahora ha lanzado 12 ataques, la mayoría simbólicos. EE UU, que proporciona el grueso de los cazabombaderos, es, sin embargo, reacio a que cada intervención aérea deba obtener el visto bueno de la ONU, un trámite que lleva tiempo y resta eficacia a las incursiones aéreas. "Sólo si se suprime la doble llave OTAN-ONU aceptarían [los norteamericanos] un empleo masivo de la fuerza aérea", comentó ayer un delegado español.
[Mientras tanto, Perry explicaba en Londres que para que la intervención aérea "sea efectiva" tiene efectuarse "a gran escala aunque haya rehenes [entre los cascos azules] ", y el primer paso debería ser "la neutralización de las defensas antiaéreas serbias".]Radicalismo francés
La inicial propuesta francesa, la má atrevida al principio, ha perdido fuerza, a pesar de que ayer la ministra Agnelli le prestó su respaldo. Consistía en desplegar en Gorazde hasta 3.000 hombres de la recién creada Fuerza de Reacción Rápida, integrada por franceses y británicos. Para transportarlos y abastecerlos son necesarios dos centenares de helicópteros norteamericanos que Washington no parece dispuesto a proporcionar por temor a que sean derribados.
Aunque sus ideas hayan sido moldifilcadas, Francia, aseguran diplomáticos españoles, se dará por satisfecha porque considera que con sus denuncias ha contribuido a endurecer la posición occdental. Rusia y Ucrania son ahora los países que ven con más reticencia el uso intenso de la aviación de la OTAN.
A la larga, esta prudencia puede costar cara a la Administración de Bill Clinton. Si la aviación es insuficiente para detener el avance serbobosnios y la limpieza étnica se extiende a Gorazde, la misión de la ONU podría tocar a su fin. Para proteger una retirada de los cascos azules sería entonces necesario el despliegue de unos 25.000 soldados norteamericanos. El precio a pagar en vidas correría entonces el riesgo de ser mucho más alto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Cascos azules
- Javier Solana Madariaga
- Guerra Bosnia
- Contactos oficiales
- Carros combate
- Bombardeos
- Mediación internacional
- OTAN
- Ataques militares
- Vehículos militares
- Bosnia Herzegovina
- Acuerdos internacionales
- Francia
- Relaciones internacionales
- Transporte militar
- Proceso paz
- Acción militar
- Estados Unidos
- Reino Unido
- Armamento
- Política exterior
- Europa occidental
- ONU
- Defensa
- Unión Europea